Parientes y amigos rezan por la vida de mineros en Utah

El Universal, Javier Cabrera, 11-08-2007

CULIACÁN, Sin. El drama que vive la familia de José Luis Hernández González, uno de los tres mexicanos que quedaron atrapados en un túnel de la mina de carbón, ubicada en el condado de Emery, en Utah, Estados Unidos, es el reflejo del temor que experimentan cientos de padres de familia, cuyos hijos emigran a las tierras del norte, en busca de fortuna.

Con la esperanza reflejada en sus rostros, las tías del joven de 24 años de edad siguen de cerca las noticias que se trasmiten por los medios informativos y mantienen contacto telefónico con los hermanos y sobrinos que desde hace varios años radican en las inmediaciones del poblado de Huntiagton, allende de la frontera, sobre el avance en las maniobras de rescate. En la colonia 21 de Marzo de esta ciudad, hogar de la familia paterna de José Luis, sus parientes y amigos elevan sus plegarias al cielo, para que este sea rescatado.

José Luis Hernández González, quien sólo alcanzó a cursar el nivel bachillerato, partió por segunda ocasión hacia Utah hace poco más de dos años acompañado de su esposa, la maestra Merisse, y su pequeña hija Luisa.

En ese estado radican desde hace ya algún tiempo varios tíos y primos de José Luis.

La difusión de la noticia del accidente en la mina de carbón Gen Wal motivó que vecinos de esta colonia popular, enclavada en la salida sur de la ciudad, unieran desde el jueves pasado sus plegarias para solicitar un milagro: volver a ver al joven que creció en esta zona.

Es uno de los seis mineros, tres de ellos de nacionalidad mexicana, que permanecen atrapados desde hace cinco días en el tiro de esa mina estadunidense de carbón, a casi 600 metros de profundidad.

Carmen Hernández, tía del joven, es la única de la familia Hernández González que accedió hablar sobre el tema. Tenemos fe en que esté vivo, al igual que sus compañeros de trabajo, fue lo primero que alcanzó a decir antes de que volviera a soltar el llanto.

Con el rostro hinchado, como consecuencia del desvelo y la tristeza, narró que hace poco más de 30 años el primer Hernández (Heladio) partió hacia Estados Unidos para trabajar en las minas.

En forma paulatina, otros familiares siguieron sus pasos, principalmente por las condiciones de vida que alcanzó en aquella nación. Explicó que José Luis es el hijo más pequeño, de cinco, del matrimonio conformado por su hermano Daniel Hernández y su cuñada Guillermina González.

Carmen Hernández admitió que desde que se enteró de la identidad de los mineros atrapados, el delegado de la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), Ismael Navegar Macias, se comunicó con ellos para ofrecerles su ayuda.

CULIACÁN, Sin. El drama que vive la familia de José Luis Hernández González, uno de los tres mexicanos que quedaron atrapados en un túnel de la mina de carbón, ubicada en el condado de Emery, en Utah, Estados Unidos, es el reflejo del temor que experimentan cientos de padres de familia, cuyos hijos emigran a las tierras del norte, en busca de fortuna.

Con la esperanza reflejada en sus rostros, las tías del joven de 24 años de edad siguen de cerca las noticias que se trasmiten por los medios informativos y mantienen contacto telefónico con los hermanos y sobrinos que desde hace varios años radican en las inmediaciones del poblado de Huntiagton, allende de la frontera, sobre el avance en las maniobras de rescate. En la colonia 21 de Marzo de esta ciudad, hogar de la familia paterna de José Luis, sus parientes y amigos elevan sus plegarias al cielo, para que este sea rescatado.

José Luis Hernández González, quien sólo alcanzó a cursar el nivel bachillerato, partió por segunda ocasión hacia Utah hace poco más de dos años acompañado de su esposa, la maestra Merisse, y su pequeña hija Luisa.

En ese estado radican desde hace ya algún tiempo varios tíos y primos de José Luis.

La difusión de la noticia del accidente en la mina de carbón Gen Wal motivó que vecinos de esta colonia popular, enclavada en la salida sur de la ciudad, unieran desde el jueves pasado sus plegarias para solicitar un milagro: volver a ver al joven que creció en esta zona.

Es uno de los seis mineros, tres de ellos de nacionalidad mexicana, que permanecen atrapados desde hace cinco días en el tiro de esa mina estadunidense de carbón, a casi 600 metros de profundidad.

Carmen Hernández, tía del joven, es la única de la familia Hernández González que accedió hablar sobre el tema. Tenemos fe en que esté vivo, al igual que sus compañeros de trabajo, fue lo primero que alcanzó a decir antes de que volviera a soltar el llanto.

Con el rostro hinchado, como consecuencia del desvelo y la tristeza, narró que hace poco más de 30 años el primer Hernández (Heladio) partió hacia Estados Unidos para trabajar en las minas.

En forma paulatina, otros familiares siguieron sus pasos, principalmente por las condiciones de vida que alcanzó en aquella nación. Explicó que José Luis es el hijo más pequeño, de cinco, del matrimonio conformado por su hermano Daniel Hernández y su cuñada Guillermina González.

Carmen Hernández admitió que desde que se enteró de la identidad de los mineros atrapados, el delegado de la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), Ismael Navegar Macias, se comunicó con ellos para ofrecerles su ayuda.

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