Decenas de inmigrantes rezan en un altar en la calle donde fue atropellada Dayanara
El Mundo, , 11-08-2007MADRID. - El conductor que atropelló y mató con un coche grúa a Dayanara Belén Sánchez Velázquez, de seis años, vivía a pocas manzanas de la niña.
Al parecer, el conductor, según algunos vecinos de la calle Juan Boscán, se llama David, es español, tiene 33 años y «no es la primera vez que se le veía alterado por el alcohol». Decenas de inmigrantes ecuatorianos, vecinos y amigos de la familia de la niña, acudieron la noche del jueves al lugar del atropello para rezar frente a un pequeño altar.
Los familiares de Belén se mostraron ayer muy dolidos y también indignados por la actitud del hombre, que intentó fugarse tras atropellar a la niña y fue después detenido por la Policía. Multiplicó por cinco los niveles permitidos en la prueba de alcoholemia. Los familiares pidieron «justicia», para que el suceso «no quede impune». Aún no se sabe si se personarán. «De momento no se plantean el asunto, el quebradero de cabeza por lo sucedido no les deja pensar», decían ayer unos amigos de los padres que habían acudido al tanatorio de la M – 30, donde fue traslado el cuerpo de la niña.
Las mismas fuentes aseguraron que Belén será incinerada hoy en la Almudena, y no será traslada a Ecuador, de donde es originaria la familia, porqué «lastimosamente, su situación económica no lo permite».
A la sala del tanatorio acudieron ayer unas 20 personas, entre ellas unos niños amigos de Belén y de su hermano pequeño.
La tía de la fallecida, Inmaculada Susana Velázquez, declaró ayer a los medios de comunicación que vio «el golpe que la grúa dio contra la niña» y cómo la menor «tras el primer impacto, se quiso levantar», pero «el camión le pasó por encima con las ruedas traseras». También explicó que los testigos del accidente gritaron al conductor del vehículo para que parara y no se moviera, pero éste «intentó huir». «Con las ruedas traseras pasó sobre la cabeza de mi niña y la dejó muerta», lamentó.
Inmaculada Susana añadió además, visiblemente emocionada, que tras el atropello de la menor su hermana «se abalanzó sobre la puerta del conductor» quien casi «le fue arrastrando» por la calle. El chofer aseguraba no estar borracho sino solo «nervioso», y negaba haber intentado huirse. Pero dio positivo al control de alcoholemia, y fue detenido y interrogado durante la noche del jueves.
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