REPORTAJE

Olvidados y sin explicaciones

La ausencia de acusación particular impidió buscar responsabilidades por la muerte de 37 inmigrantes que naufragaron en Rota

El País, PABLO X. DE SANDOVAL, 11-08-2007

Al principio, son cinco inmigrantes rescatados vivos del mar. Cuentan que iban en una zodiac, que en total eran unos 50, que la noche anterior un golpe de mar les hizo volcar. Dos cadáveres han llegado a las playas de Cádiz a mediodía, confirmando su relato. La Guardia Civil, la policía, Protección Civil y Salvamento Marítimo peinan la bahía de Cádiz pero no encuentran a nadie más. Pasan los días y la bahía se convierte en un cementerio. Cinco cadáveres en descomposición llegan a la base naval de Rota. Otros cinco a una playa de El Puerto de Santa María, a varios kilómetros del naufragio. Tres son recogidos del agua por la Guardia Civil. Finalmente, la cifra pasa a la historia como la mayor tragedia de la inmigración irregular conocida hasta entonces: 37 cadáveres. Se desconoce el número de desaparecidos.

Era el 25 de octubre de 2003 cuando un golpe de mar, en una noche de temporal, hundió la patera a tan sólo 200 metros de la costa de Cádiz. La pregunta se mantendría viva durante años: ¿cómo pudo pasar semejante tragedia delante mismo de la playa? Los servicios de salvamento tardaron casi una hora, 52 minutos, en salir a auxiliar a la patera.

A las 19.09, un carguero fondeado en la entrada de la bahía de Cádiz da aviso de que un bote precario y con dificultades enfila el puerto. La Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo y Seguridad Marítima (Sasemar) pide a la Guardia Civil una embarcación para ir a rescatarlos. No hay ninguna disponible, están averiadas. La Base Naval de Rota se inhibe del asunto. Finalmente, Sasemar consigue otra embarcación pero esperan 35 minutos un permiso para subir a bordo a la policía portuaria. Cuando salen, a las 20.01 ya no ven la patera en el agua. A las 10 de esa noche, la Guardia Civil encuentra los restos de la patera en la playa y cree que los inmigrantes han llegado a la costa y han huido al interior. Se suspende la operación de rescate. El agente de turno de Sasemar deja grabadas sus dudas en el registro de transmisiones: “Me cago en los muertos, como aparezcan 30 tíos en el agua esta noche me dan el fin de semana”.

Desde el momento en que se empiezan a recuperar cadáveres se abre una investigación penal en el juzgado de instrucción número 1 de Rota. El fiscal jefe de Cádiz, Isidoro Hidalgo, opina que el caso debe archivarse, porque la descoordinación y la falta de medios deben ser investigados políticamente, pero no penalmente. El 5 de febrero de 2004 la juez archiva la causa. La Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía (Aphda), por aquel entonces la más activa en defensa de que se depuren responsabilidades y se indemnice a las víctimas, no se presentó como acusación particular. “Se nos fue el santo al cielo”, reconoce Rafael Lara, entonces presidente de Aphda.

Las familias de los muertos son campesinos muy pobres del norte de Marruecos. En el pueblo de Hansala, de donde procedían 12 de los fallecidos, se enteran de la tragedia cinco días después por una llamada de un superviviente. Nadie se presenta en la causa como acusación en su nombre para exigir indemnizaciones. Los ayuntamientos de El Puerto de Santamaría, Rota y Puerto Real acuerdan ayudar a la aldea de Hansala. Ninguno de los consultados tiene constancia de que se iniciara procedimiento civil o administrativo por el desastroso rescate.

Mientras, en la sección primera de la Audiencia Provincial de Cádiz se sigue una causa penal contra Hamid Echokhch, un marroquí de 25 años identificado por algunos supervivientes como ayudante del patrón de la patera. Los supervivientes cuentan que a Echokhch le salvó un traje de neopreno. Fue detenido el 28 de octubre en Algeciras, cuando intentaba volver a Marruecos. La fiscal Ana Villagómez recuerda que nadie se presentó como acusación particular.

El juicio comienza el 4 de noviembre. Según el abogado, durante la vista se pone en evidencia “la ausencia total de pruebas”. Un testigo protegido declara que Echokhch era “ayudante o amigo” del patrón de la barca, pero no la pilotaba. Revela también que en total eran 58 personas, por lo que 16 desaparecieron en el mar. Habían pagado 20.000 dirhams (unos 1.800 euros) cada uno por el viaje. La Fiscalía pide 117 años de prisión. El marroquí acaba condenado a 40 años por un delito de tráfico de inmigrantes y 37 de homicidio por imprudencia. El tribunal avisa en la sentencia de que no ha entrado a juzgar “otras muchas” responsabilidades “públicas y privadas”. La condena incluye una indemnización de 90.000 euros a las familias de cada fallecido, pero el condenado es insolvente, así que las familias nunca cobrarán.

Durante el juicio se podía haber declarado al Estado responsable civil subsidiario, pero para ello era necesario demostrar defectos en la prestación del servicio por parte del Estado. El fiscal no vio indicios para ello, y ninguna acusación particular en la sala luchó por demostrar lo contrario. Según explican en el juzgado,

Echokhch cumplirá nueve años y saldrá en libertad el 24 de octubre de 2012.

Hay una tercera pata, la política. Gobierna el Partido Popular, y en esos meses PSOE e IU exigen todo tipo de informes donde se aclare lo sucedido. El PSOE llega al Gobierno en marzo de 2004 y deja dormir el asunto. Finalmente, en diciembre, tras conocerse la sentencia penal y cuando ya se ha publicado en la prensa la palmaria descoordinación de aquella noche, el Ministerio de Fomento abre una investigación. Su informe, de octubre de 2005, pone en evidencia la falta de medios, pero no aprecia ningún tipo de responsabilidad. Un portavoz del ministerio explica que a raíz del suceso se han aumentado los medios en la bahía de Cádiz.

La historia termina en el cementerio de Los Barrios (Cádiz). Allí descansan 13 de los 37 inmigrantes fallecidos. El Servicio de Criminalística de la Policía Judicial de Cádiz logró identificar, tras un año de trabajo, a 24 de los cadáveres, viajando en varias ocasiones para recoger muestras de ADN de sus familias. Fueron repatriados y enterrados en Marruecos.

De los 13 restantes, sólo uno pudo ser identificado. Tenía tres identidades, tantas como veces cruzó la frontera ilegalmente. Nadie reclamó el cuerpo y fue enterrado en octubre de 2005. Otros 12 cadáveres no pudieron ser identificados. Descansan en este cementerio gaditano con una lápida en la que pone “Naufragio de Rota 25 – 10 – 2003”, seguido de un número. Es el orden en el que fueron encontrados los cuerpos.

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