Jóvenes emigran hacia Estados Unidos

La Prensa Gráfica, Mario Guevara, 10-08-2007

José Eduardo Guevara, de 16 años, tiene dos años de residir en Georgia. Su idea principal al viajar a EUA era buscar un bienestar económico para él y sus parientes en El Salvador. Estudia bachillerato y espera hacer realidad su sueño de ser abogado.

Es un joven de 16 años, pero José Eduardo Guevara a pesar de su corta edad ha pasado tantas crisis en su vida como cualquier adulto. Hoy en un país que no es el suyo, apunta a que le irá mejor y que algún día podrá cumplir el sueño que siempre tuvo: convertirse en abogado.

José, nativo de Santa Elena, perdió a su padre en un accidente cuando tenía cinco años, y siete años después falleció su madre por una enfermedad terminal.

Ahí comenzaron los problemas para el adolescente, ya que se vio obligado a cambiar su estilo de vida. Sin padres, en lugar de divertirse al salir de la escuela como deberían hacerlo otros niños de su edad tuvo que dedicarse a las tareas agrícolas, ya que debía conseguir dinero para comprar sus útiles escolares y los de sus dos hermanas, menores que él.

Dos años más tarde falleció su abuela materna, quien era la responsable de los pequeños, por lo que José tuvo que abandonar sus estudios para meterse de lleno a trabajar y dar el sustento al hogar, ya que lo que gana su tía con la venta diaria de tortillas no les alcanzaba para subsistir. Así estuvo varios meses, hasta que cansado de las limitaciones con las que vivían decidió viajar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades laborales y, de ser posible, continuar sus estudios.

La travesía la efectuó en 2005. Fue recibido en la casa de una amiga de infancia de sus padres que le prestó el dinero para que viajara, y aunque las leyes estadounidenses prohíben a los empleadores contratar a jóvenes menores de 15 años, José cuenta que tuvo que laborar largas jornadas para pagar la deuda.

Dispuesto a no despilfarrar su juventud, decidió buscar ayuda y huir hacia Georgia, donde reside otra tía, quien no apoyó la idea de que saliera de El Salvador, por lo riesgoso del viaje.

Pero, al reunirse con ella, comenzó a estudiar el bachillerato e inglés para integrarse al sistema educativo de Estados Unidos, además trabaja los fines de semana para ayudar a su familia acá. Considerado un joven ejemplar, por sus calificaciones, ahora que habla inglés sus maestros consideran que tiene futuro.

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