Más de un vecino de La Manga del Mar Menor todavía anda preguntándose si lo que presenció, o mejor dicho, escuchó, se trataba de un atentado terrorista en la zona. Desde el momento en que comenzaron a sonar las primeras alarmas de las cerca de siete patrullas de la Guardia Civil que ayer por la mañana recorrían la Gran Vía, los vecinos ya se temían lo peor. Ante el temor creado en la zona, muchas veraneantes echaron mano de sus teléfonos para llamar al Centro de Coordinación de Emergencias del 112 para preguntar qué ocurría.

En ese momento, los miembros del servicio no sabían si había alguna emergencia, lo que incrementó la inquietud de los bañistas, mientras los rumores ya comenzaban a circular por las playas antes de la hora de comer.

Vecinos y comerciantes aseguraban que vivieron una mañana de «continuo terror», sobre todo en los primeros kilómetros de La Manga. Además del 112, los vecinos llamaban a la Guardia Civil o preguntaban a la Policía Local, pero la respuesta negativa de los cuerpos armados también hacía aumentar la incertidumbre entre los veraneantes.

«No sé qué ha pasado, sólo hemos visto pasar coches de la Guardia Civil y ya pensábamos en lo peor. No ha debido ser tan gordo porque nos habrían desalojado a todos. La Manga sólo tiene una carretera de acceso y si se mueven ambulancias o Guardia Civil nos enteramos todos. No se puede tener nada en secreto», explicaba un vecino, sin llegar a creerse el descubrimiento de pateras en La Manga.

Por el contrario, varios trabajadores del supermercado de Los Miradores, cerca del canal del Estacio, afirmaban haber visto todo lo ocurrido, aunque las vallas metálicas de Puerto Mayor impidieron apreciarlo con más claridad. «Pasaba con mi coche y de repente vi como muchos guardias civiles saltaban las vallas y salían corriendo hacia la playa en busca de los inmigrantes . En la urbanización de Las Brisas había dos, que habían sido detenidos por los agentes tras una larga persecución. Otros salieron en dirección contraria y fueron hacia el canal del Estacio. Parecía una película, pero no he visto nada más», explicó uno de los empleados del supermercado.

Ante el gran despligue policial (cerca de una media decena de patrullas de la Guardia Civil y otras tantas de la Policía Local de San Javier) los vecinos que se encontraban tomando el sol en la playa de Paquebote, en el Mar Menor, se acercaron a la carretera para presenciar las detenciones.

Asunto estrella

Sobre la hora de comer, las pateras se convirtieron en el asunto estrella de los chiringuitos y bares, donde las charlas se mezclaban con las llamadas de teléfono para contar a los conocidos lo que había sucedido en la playa.

«Somos de Madrid y nunca habíamos visto esto. Sólo por la televisión, y la verdad es que nos ha sorprendido que los inmigrantes lleguen hasta las costas de la Región. Pobrecillos», señalaba una residente de la zona de Tomás Maestre, cerca de Puerto Mayor.

Según avanzaba la tarde, la alarma vecinal dejaba paso a la sorpresa, tras conocerse que habían detenido a otros tres inmigrantes en la zona de Calblanque. Pero muchos vecinos todavía no se lo creían y no dejaban de mirar al cielo para observar a uno de los dos helicópteros que, durante toda la tarde, recorría la costa de La Manga, de un extremo a otro, para comprobar que no había más inmigrantes .