El alcalde de La Herrera (Albacete), Pablo Escobar, ha lanzado la voz de alarma. Cerca de 2.000 rumanos han acampado junto al acueducto del Tajo – Segura y usan el agua para lavarse y beber. En cualquier caso, «no hay riesgo» para el consumidor, según defendió ayer la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), ya que el agua es depurada antes de llegar a las localidades a las que abastece.

El alcalde advirtió del peligro para la salud pública que puede suponer el uso que los inmigrantes están haciendo del agua del trasvase, que abastece a dos millones de personas de Murcia, Alicante y Almería. La Confederación aclaró después que no existe riesgo para el consumidor, puesto que el agua es tratada y depurada antes de llegar a las ciudades. El organismo de la cuenca recordó que muchos embalses son aptos para el baño. No obstante, personal de la Confederación Hidrográfica del Tajo acudirá hasta el asentamiento para colaborar con la Guardia Civil, aunque los efectivos de la Confederación no tienen competencias para desalojar a los inmigrantes.

Los ocupantes, mientras tanto, permanecen ajenos a la polémica ocupando unos dos kilómetros y medio del cauce del trasvase. De momento no tienen trabajo ni nada que hacer. Ha terminado la campaña de la recogida del ajo, y eso ha motivado que, de los dos mil rumanos que había en los alrededores hace apenas tres semanas, queden ahora una cuarta parte. Sin embargo, la situación tiene muchas probabilidades de repetirse porque, como anunció el alcalde, «empieza la campaña de la cebolla y las previsiones de recogida son de entre 24 y 30 millones de kilos en la zona».

De momento, la Guardia Civil ha levantado acta a 362 rumanos por acampada ilegal y encender fuego en una época del año en la que está prohibido.