Pedro Rosa Balda presentó libro en París

El poeta de las veladuras

El Universo, Teresa Gutiérrez Chávez, 08-08-2007

| PARÍS

En Europa. El autor ecuatoriano vive hace 25 años en Francia.  Incursiona en poesía, pintura y fotografía.

La veladura es una fina capa de pintura transparente que se aplica para matizar el tono de lo ya pintado. El escritor ecuatoriano Pedro Rosa Balda usó este término pictórico como título de su primer poemario, publicado por la editorial  El Conejo  (Quito) y presentado en la Maison de l’Amérique Latine (París),  porque reflejaba su manera de percibir el mundo.

“La existencia me resulta brumosa. En realidad, los seres humanos no controlamos nada, quiénes somos, dónde empezamos, dónde terminamos. ‘“Antes”, “después”, “siempre” / “jamás” vagan en la pertinaz / neblina del presente’. Se trata de una poesía ‘anatómica’ y ‘febril’. La fiebre es un “estado segundo”, una suerte de locura. Con sus alucinaciones, vierte luz sobre las fallas: sin resquebrajaduras en el alma o en el cuerpo la creación se vuelve imposible. Los seres humanos demasiado felices o demasiado sanos no sienten la urgencia de crear”.

Este título,  Veladuras,  también está en relación con las otras actividades artísticas a las que Pedro   Rosa   Balda se consagra: la pintura y la fotografía. La portada del poemario forma parte de sus obras pictóricas. “El poema representa para mí el espacio de todas las probabilidades, pues en él pueden converger todas las artes, las épocas y las lenguas. ¡Qué mejor prueba de su perennidad! Mis poemas deben mucho a las otras artes. Si bien la poesía es el arte más antiguo (creo que su aparición y la adquisición del lenguaje humano surgen de manera coetánea), sigue siendo tan actual como el video o las instalaciones. Los textos de  Blanco de titanio,    por ejemplo, se inspiran en la observación de fotografías”.

Paúl Celan, poeta judío rumano de lengua alemana, se suicidó arrojándose al Sena desde un puente de París en 1970. Detalle significativo porque en su  Tentativa de dedicatoria,  Pedro Rosa Balda pone como epígrafe: “Al choque del cuerpo de Celan contra las aguas del Sena”. En opinión de los críticos, la estética del poeta expresa un sentimiento de desesperación frente a lo absurdo de la vida moderna y la imposibilidad de la comunicación. En el poemario de Pedro Rosa Balda se encuentra esta misma angustia existencial.

El profesor Claude Couffon, ex catedrático de La Sorbona, galardonado por sus traducciones al francés de los más importantes escritores de lengua española (García Márquez,  Neruda,  Guillén,  entre otros), que hizo la presentación de  Veladuras  en la Maison de l’Amérique Latine, resaltó la profunda originalidad del poemario. A su juicio, una de las claves que el poeta ofrece a los lectores es el interrogante: ¿por qué una mente lúcida tiene la impresión de “correr hacia ninguna parte” antes de su encuentro definitivo con la nada?

Pedro Rosa Balda piensa que toda poesía debe tender hacia la universalidad y no quedarse restringida en el ámbito de los orígenes geográficos o particulares. “La identidad es un engaño. ¿Quién puede afirmar ‘soy fulano de tal y vengo de tal sitio’? Cuando se ha escrito un libro con las tripas, poco importa que se trate de las tripas de un latinoamericano o las de un esquimal. La escritura en mí es algo visceral, quizás por eso se me haya convertido en un elixir contra el suicidio o una manera particular de llevarlo a cabo”.

Antes de Veladuras había publicado poemas en las revistas  Vericuetos  (París) y Eskeletra (Quito).

Este primer poemario representa el fruto de diez años de trabajo. “Siempre me he interrogado sobre la necesidad de publicar en un mundo donde sobran las publicaciones. Finalmente, decidí hacerlo porque necesitaba cerrar una etapa y pasar a otra cosa”.

Los pintores del Renacimiento usaban con profusión la veladura, mediante esta técnica conseguían una iluminación especial, sin que nadie pudiera determinar con exactitud la procedencia de la luz, y sombras difusas que conferían al cuadro una atmósfera singular. La aplicación sucesiva de veladuras iba modificando poco a poco el color. Quizás pronto nuevas veladuras cubran el libro de Pedro Rosa Balda, gracias a su lanzamiento en España y su traducción al francés.

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