Agentes de la Policía Local y Guardia Civil detenían ayer por la tarde a cinco personas de etnia gitana, vecinos de Los Dolores de Cartagena que se encontraban robando manzanas en la pedanía jumillana de las Encebras.

El suceso ocurría sobre las cuatro y veinte de la tarde, cuando una patrulla de la Policía Local que hacía un recorrido por la zona de Las Encebras con motivo del preventivo de vigilancia, recibía un aviso por parte de la Guardia Civil ante un coche sospechoso. Ambas patrullas inician la búsqueda de este vehículo, un Fiat Bravo de color blanco. Poco después, la Guardia Civil localiza el coche y solicito, de nuevo, apoyo de la Policía Local. Los agentes de ambos cuerpos de Seguridad proceden al registro del vehículo ocupado por cinco personas. En el registro encuentran el maletero repleto de manzanas.

Preguntados los ocupantes sobre la procedencia de esta fruta, éstos no saben justificarla. Ante este hecho, así como la falta de identificación de los cinco individuos y la falta de documentación del vehículo son todos trasladados al Cuartel de la Guardia Civil. Ya en el cuartel de la Benemérita se han iniciado las correspondientes diligencias que serán trasladadas al Juzgado.

Al parecer, las cinco personas son familiares, tienen edades comprendidas entre los 22 y los 70 años y son todos de Los Dolores (Cartagena). En estos momentos se está localizando al propietario de la finca con el objetivo de que interponga la correspondiente denuncia.

Buena coordinación

El concejal Seguridad Ciudadana, Primitivo González ha mostrado su «satisfacción por la buena coordinación y colaboración de Policía Local y Guardia Civil». Por su parte el concejal de Agricultura Jesús Sánchez ha indicado que «ha sido una actuación rápida y eficaz». Sánchez ha añadido que el objetivo final es «terminar con la oleada de robos que estaban sufriendo los agricultores».

Es la segunda detención que se produce en tan solo cuatro días ya que también el pasado sábado en El Prado, se arrestó a dos personas, J.A.F junto a su esposa, y dos jóvenes de origen magrebí, tras ser sorprendidas por el dueño de la explotación mientras trataban de robar ciruelas.

Los ladrones al escuchar los gritos del propietario iniciaron la huida, que fue cortada con el coche de uno de los hijos del propietario. Una vez detenidos, les pregunto que hacían en la finca, entonces sin mediar palabra sacaron del interior del vehículo un palo, agrediendo al hijo en el cuello, dándose entonces a la fuga, que fue abortada por la Guardia Civil poco después.