S. E./ P. A. O.

MADRID/ VALENCIA. Un duro golpe sufrieron ayer las mafias de las drogas. En tres operaciones distintas, las Fuerzas de Seguridad desarticularon tres redes dedicadas al tráfico de diferentes sustancias. Por un lado, la Guardia Civil detuvo a 31 personas que supuestamente forman parte de una red de distribución de hachís en una intervención que se ha llevado a cabo en siete ciudades españolas (Córdoba, Cádiz, Málaga, Alicante, Valencia, Ciudad Real y Tarragona). Además, se incautaron 234 kilos de hachís, 50 gramos de anfetaminas, 15 vehículos – cuatro de ellos preparados con dobles fondos – y 12.500 euros.

La operación se inició hace once meses a raíz de una primera incautación de 700 kilos de hachís en la localidad de Daimiel (Ciudad Real). Ello hizo sospechar a los agentes de la existencia de una red que utilizaba esa provincia como lugar de almacenamiento de la droga para su posterior distribución a otros países europeos.

Para el transporte de la droga, procedente de otros países, la red utilizaba dos sistemas. Por un lado, ocultaba el hachís en sofisticados dobles fondos de vehículos. Y por otro, empleaba también a personas – conocidas como «mulas» – que lo escondían en el interior de su organismo. De hecho, algunos de los detenidos han sido sometidos a pruebas de «rayos x» que confirmaron que transportaban casi un kilo de hachís cada uno en el interior de su cuerpo.

Drogas de diseño

En el marco de la operación «Escorpión», la Policía Nacional desarticuló el mayor punto de distribución al por mayor y venta de drogas de diseño en la Costa del Sol. Esta intervención permitió la detención de dos de los principales responsables de la red, de nacionalidad polaca, Jaroslaw Andrzej, de 45 años, y Andrzej Marek, de 30 años, que ingresaron en prisión, y la incautación de 80.000 pastillas de éxtasis.

Los distribuidores frecuentaban zonas de ambiente nocturno y lugares de prostitución, lo que llevó a conocer una importante parcela de sus movimientos. Para sus salidas, contactos y citas se trasladaban en vehículos de gran potencia, portando placas de matrícula extranjeras y falsas, y en ocasiones utilizaron coches sustraídos en países europeos.

El dispositivo policial permitió la detención de los cabecillas del grupo cuando iban a contactar con un comprador y entregar unas 10.000 pastillas en la localidad de Benalmádena (Málaga). Tras estos arrestos se practicó un registro en un domicilio de Marbella, donde ocultaban el resto de la droga, junto con diverso material relacionado con su preparación y distribución.

Cocaína en polvo de cacao

Por otra parte, la Policía Nacional desarticuló una red de narcotráfico asentada en Valencia y se incautó de 253 kilos de cocaína oculta entre polvo de cacao y bananas procedentes de Perú. Tras nueve meses de pesquisas, los agentes consiguieron acabar con la banda, la cual estaba compuesta por siete colombianos, por un español y por otro venezolano y se dedicaba a introducir, manipular, adulterar y distribuir cocaína en España.

La investigación desembocó hace una semana en la detención en una calle de Valencia de un miembro de la organización que iba al volante de una furgoneta cargada con 253 kilos de cocaína, cantidad que puede alcanzar un valor de 15 millones de euros.

Durante ese día y el posterior se arrestó al resto de la red – que ya se da por desarticulada – y se registraron cinco pisos de la capital del Turia, uno de ellos usado como laboratorio. Fuentes policiales creen que la banda ha podido distribuir cerca de 1,2 millones de dosis por España.