La aparición del cadáver de Fernanda Fabiola, hayada muerta esta semana en Tenerife, eleva a 15 el número de menores asesinados en los últimos diez años en España.


Dos años antes fue hallado muerto un menor de origen marroquí y de 14 años cuyo cadáver estaba escondido en el armario de un vecino de Sabadell. Durante 2003 encontraron los cuerpos de Erika, de cuatro años –localizada en una bolsa de plástico dentro de un camión de basura en Carvallino– y de Sonia Carabantes, de 17 años, desaparecida en Coín (Málaga) y encontrada en estado prácticamente irreconocible.


Dónovan Párraga, de 12 años, muerto en Trijueque (Guadalajara) y la niña de etnia gitana Montse Fajardo, de siete años, hallada en Almería fueron las víctimas encontradas en 2002. En 2001 se registra el mayor número de desapariciones de menores que resultaron muertos, cuatro en total, aunque el cadáver de uno de ellos no apareció hasta un año más tarde.


En concreto, Hambata O., de 13 años, localizada en Castellón; Inmaculada Pereira, de 16 años, hallada en Tenerife; e Inmaculada Arteaga López, de 14 años, que fue encontrada con el cráneo destrozado en la Sierra de los Molinos del Campo (Ciudad Real). Tamara Navas, de nueve años, desapareció en marzo de 2001 en Salou, pero su cadáver se localizó en 2002 sobre una cama en un domicilio próximo al suyo.


Durante el año 2000, Jonathan Vega, de tres años, apareció muerto en un vertedero próximo al lugar de su desaparición en San Fernando de Henares (Madrid).


Jose Luis Moreno Ruíz, de 10 años –al que hallaron muerto por asfixia en Algeciras–, y Brian Santos Yánez, de la misma edad y encontrado sin vida en Lanzarote, desaparecieron en 1999. En 1997 hubo otras dos desapariciones: Eva Blanco de 17 años, cuyo cadáver fue localizado el mismo día de su desaparición con siete puñaladas en Algete, y Llum Valls, de 16 años, asesinada en 1998 en un barranco de Sabadell.