‘26 horas oculto en tráiler sin comer fue algo terrible’

El Universo, 04-08-2007

Tenía un semblante pálido y muy agotado. Los más de tres meses de un arriesgado viaje por alcanzar el sueño americano le dejaron algunas libras menos, una pérdida de $ 4 mil y una experiencia traumática que no quiere volver a vivir.

Pese a todo, los 27 años aún lo mantienen firme al lojano Wilmer Torres. Casi murió y su viaje fue una verdadera odisea como lo fue para otros 33 migrantes que junto a él llegaron ayer en un vuelo procedentes del estado de Arizona, EE.UU.

Los dramáticos testimonios revelan las cada vez más peligrosas rutas que como telarañas se tejen entre Ecuador y la frontera mexicana con EE.UU.

Torres partió el pasado 28 de abril hacia Colombia; junto a otras veinte personas navegó cuatro días en lancha con escalas en varias islas. En uno de los trayectos la embarcación naufragó y lograron salvarse.
Llegaron a Panamá y siguieron en autobús hasta Nicaragua, donde un tramo a Guatemala los obligó a movilizarse ocultos en el doble fondo de un tráiler solo con agua por 26 horas.

A México llegaron en bus hasta el estado de Sonora, fronterizo con Estados Unidos. Tras caminar dos días y dos noches por el desierto fueron abandonados por los coyoteros.

Los mareos y dolores de cabeza durante un viaje de nueve días por mar, al que por primera vez conocían; los restos humanos y las serpientes del desierto no se borrarán de la mente de Rosenda Tipán y Carmen Yupa, dos jóvenes oriundas de Riobamba que fueron detenidas en  Arizona  junto a otros veinte ecuatorianos.

Con los rostros escondidos entre sus largos cabellos negros contaron que las prisiones en la frontera están llenas de inmigrantes, entre ellos numerosos ecuatorianos.

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