Vagón, un drama que traspasa fronteras

El Universal, 04-08-2007

NUEVA YORK (EFE).— La tragedia de cinco mexicanos indocumentados que cruzan la frontera escondidos en un tren de carga como si fueran mercancía de contrabando es el argumento de Vagón, obra de teatro que se estrenó ayer en Repertorio Español.

Escrita por Silvia González y dirigida por René Buch, director artístico de Repertorio Español, la pieza está inspirada en un caso real ocurrido en Texas en 1987, que le costó la vida a 17 de un grupo 18 inmigrantes indocumentados. El texto ganó el Concurso Nacional de Obras Teatrales Nuestras Voces 2004 organizado por Repertorio Español.

González limita los protagonistas a cinco, de los que solo uno sobrevivirá para contar la historia a dos guardias de inmigración, uno con una “visión muy estadounidense” de la situación fronteriza, el otro más comprensivo y consciente por ser hijo de inmigrantes mexicanos.

“Me pegó mucho está historia, sobre todo porque pensé que iba a repetirse, y se ha repetido, dijo González, hija de inmigrantes mexicanos.

La historia de 1987 fue relatada por la prensa con toda su crudeza:

“Extendidos sobre el piso del vagón estaban los cuerpos desnudos de 18 jóvenes. Dejaron huellas de sus esfuerzos desesperados por escapar del encierro: rasgaduras y hoyos en la madera hechos con clavos del mismo vagón”, describió Ed Magnuson. Encerrados, y con una temperatura exterior de 37 grados, algunos inmigrantes se tragaron la lengua tras sufrir convulsiones, según el artículo titulado “El vagón que se convirtió en féretro”.

González sintió que era importante honrar a quienes mueren trágicamente tras ser abandonados por los coyotes. “A los coyotes no les importa la vida, les importa el dinero”, indicó la autora de Vagón.

“Los personajes comenzaron a hablarme. Fui como una secretaria que tomó nota de sus dramas, sueños y esperanzas”, señaló.

En la obra, los inmigrantes Francisco (Sergio Arras) , Huero (Gabriel Gutiérrez) , Noel (Pablo Tufiño) , Manuel (Carlos Valencia) y Pepe (Ernesto De Villa Bejjani) comparten las anécdotas de otros que, como ellos, han arriesgado sus vidas en el cruce.

Algunas de las anécdotas son reales, tomadas de entrevistas a inmigrantes mexicanos hechas por la dramaturga, autora de las obras El migrante y El hijo del jornalero.

Ernesto de Villa destaca la gran calidad artística y, sobre todo, humana del montaje: “El resultado es bastante verídico. Vemos a personajes muy creíbles, muy vivos, en situaciones reales que, sin lugar a dudas, generan empatía en el espectador”, comentó el actor.

Los agentes de la patrulla fronteriza, Roberto (Rubén Luque) y Bill (Anthony Álvarez) representan dos visiones de lo que ocurre en la frontera y encarnan sus espinosas implicaciones ético – políticas.

“Bill ejemplifica la percepción generalizada de EU, todo lo ve en blanco y negro y se limita a decir que hace su trabajo, mientras que Roberto ve los grises por ser hijo de inmigrantes, apuntó González.

Para dar más énfasis a las emociones de los personajes, que van de la esperanza y el sentido del humor ante la adversidad hasta el drama , la desesperación y la agonía, el montaje de la pieza es bastante simple, con pocos elementos de escenografía.

NUEVA YORK (EFE).— La tragedia de cinco mexicanos indocumentados que cruzan la frontera escondidos en un tren de carga como si fueran mercancía de contrabando es el argumento de Vagón, obra de teatro que se estrenó ayer en Repertorio Español.

Escrita por Silvia González y dirigida por René Buch, director artístico de Repertorio Español, la pieza está inspirada en un caso real ocurrido en Texas en 1987, que le costó la vida a 17 de un grupo 18 inmigrantes indocumentados. El texto ganó el Concurso Nacional de Obras Teatrales Nuestras Voces 2004 organizado por Repertorio Español.

González limita los protagonistas a cinco, de los que solo uno sobrevivirá para contar la historia a dos guardias de inmigración, uno con una “visión muy estadounidense” de la situación fronteriza, el otro más comprensivo y consciente por ser hijo de inmigrantes mexicanos.

“Me pegó mucho está historia, sobre todo porque pensé que iba a repetirse, y se ha repetido, dijo González, hija de inmigrantes mexicanos.

La historia de 1987 fue relatada por la prensa con toda su crudeza:

“Extendidos sobre el piso del vagón estaban los cuerpos desnudos de 18 jóvenes. Dejaron huellas de sus esfuerzos desesperados por escapar del encierro: rasgaduras y hoyos en la madera hechos con clavos del mismo vagón”, describió Ed Magnuson. Encerrados, y con una temperatura exterior de 37 grados, algunos inmigrantes se tragaron la lengua tras sufrir convulsiones, según el artículo titulado “El vagón que se convirtió en féretro”.

González sintió que era importante honrar a quienes mueren trágicamente tras ser abandonados por los coyotes. “A los coyotes no les importa la vida, les importa el dinero”, indicó la autora de Vagón.

“Los personajes comenzaron a hablarme. Fui como una secretaria que tomó nota de sus dramas, sueños y esperanzas”, señaló.

En la obra, los inmigrantes Francisco (Sergio Arras) , Huero (Gabriel Gutiérrez) , Noel (Pablo Tufiño) , Manuel (Carlos Valencia) y Pepe (Ernesto De Villa Bejjani) comparten las anécdotas de otros que, como ellos, han arriesgado sus vidas en el cruce.

Algunas de las anécdotas son reales, tomadas de entrevistas a inmigrantes mexicanos hechas por la dramaturga, autora de las obras El migrante y El hijo del jornalero.

Ernesto de Villa destaca la gran calidad artística y, sobre todo, humana del montaje: “El resultado es bastante verídico. Vemos a personajes muy creíbles, muy vivos, en situaciones reales que, sin lugar a dudas, generan empatía en el espectador”, comentó el actor.

Los agentes de la patrulla fronteriza, Roberto (Rubén Luque) y Bill (Anthony Álvarez) representan dos visiones de lo que ocurre en la frontera y encarnan sus espinosas implicaciones ético – políticas.

“Bill ejemplifica la percepción generalizada de EU, todo lo ve en blanco y negro y se limita a decir que hace su trabajo, mientras que Roberto ve los grises por ser hijo de inmigrantes, apuntó González.

Para dar más énfasis a las emociones de los personajes, que van de la esperanza y el sentido del humor ante la adversidad hasta el drama , la desesperación y la agonía, el montaje de la pieza es bastante simple, con pocos elementos de escenografía.

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