Huyen de Cuba a EU a través de México

El Universal, Will Weissert, 02-08-2007

LA HABANA.— La vasta mayoría de los cubanos que se escapan de la isla ingresan ahora a Estados Unidos por México después que sus familiares en EU pagan miles de dólares a redes del hampa que los recogen en el extremo oeste de Cuba en lanchas de velocidad.

La ruta de México es más peligrosa que un viaje directo de 145 kilómetros de Cuba a la Florida, pero tiene menos probabilidades de que intervenga la Guardia Costera de EU. Casi 90% de todos los cubanos indocumentados que llegan a EU lo hacen por tierra en vez de por mar, según la agencia de protección de aduanas y fronteras.

Desde la costa mexicana, los cubanos viajan hasta la frontera estadounidense, donde al contrario de lo que ocurre con los demás inmigrantes indocumentados, son recibidos al amparo de la ley estadounidense.

México, que lucha contra el hampa, paga el precio de ese cambio en el flujo migratorio, especialmente en Cancún. El lunes, los investigadores descubrieron allí el cadáver de un cubano – estadounidense de Miami, Luis Lázaro Lara, esposado y con los ojos cubiertos por cinta adhesiva.

Días antes, las autoridades arrestaron al menos a ocho personas bajo sospecha de que habían conducido de contrabando a cubanos a México, incluyendo seis con residencia o ciudadanía estadounidense que acababan de ser entrevistados por las autoridades estadounidenses. Lázaro Lara tenía conexiones con estos contrabandistas de personas, dicen los investigadores mexicanos.

“Son bandas que están bien organizadas, bien financiadas y muy poderosas”, dijo el senador Carlos Navarrete, que integró un grupo de legisladores mexicanos que vino a La Habana para discutir la cuestión con legisladores cubanos en junio.

Unos 9 mil 296 cubanos llegaron a EU vía México entre el 1 de octubre de 2006 y el 22 de julio de este año, más del doble que los 4 mil 589 que llegaron o que fueron recogidos por la Guardia Costera en los estrechos de la Florida en el mismo periodo.

La ruta mexicana es ahora tan popular que las autoridades de inmigración califican a quienes la siguen como cubanos “de pies polvorientos”, un juego de palabras alusiva a la política de “pies mojados/pies secos” que permite a los inmigrantes cubanos capturados en suelo estadounidense quedarse en EU, pero que devuelve a la isla a aquellos a quienes intercepta en el mar.

Negocios de pandillas

Las autoridades mexicanas culpan del hecho a la mayor seguridad a lo largo de las costas estadounidenses, pero el funcionario mexicano dijo que las pandillas más ricas y poderosas son las responsables.

Un contrabandista de personas con una lancha rápida que hace el trayecto de 200 kilómetros entre Cuba y la península de Yucatán puede ganar 30 mil dólares por carga de una treintena o más de cubanos. A menudo conciertan citas con yates que pueden llevar grandes grupos a la costa sin ser detectados.

El dinero generalmente proviene de familiares en EU que pagan a los contrabandistas hasta 10 mil dólares por persona para sacar de la isla a sus seres queridos. Tal como sugieren los arrestos recientes, la mayoría de las pandillas emplea a residentes estadounidenses de origen cubano que operan en Cancún y otros locales a lo largo de Yucatán.

Los contrabandistas utilizan teléfonos de satélite y tecnología del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para coordinar sus encuentros nocturnos en la provincia cubana de Pinar del Río, en el extremo oeste.

Las autoridades cubanas tienen prohibido usar la fuerza para detener los botes, excepto en defensa propia, pero informan a la Guardia Costera estadounidense las coordenadas de la embarcación que huye, aunque se haga evidente que se dirija a México. Y aunque combatir el contrabando humano entre Cuba y México no es prioridad de la Guardia Costera, los funcionarios estadounidenses suelen informar a la Armada mexicana.

El arresto de cubanos indocumentados en México pasó de 254 en 2002 a 2 mil 205 el año pasado, según el Instituto Nacional de Inmigración. Pero la mayoría es dejada en libertad tras 90 días en centros de inmigración. Sólo 772 cubanos —un tercio de los arrestados el año pasado— fueron repatriados a Cuba.

LA HABANA.— La vasta mayoría de los cubanos que se escapan de la isla ingresan ahora a Estados Unidos por México después que sus familiares en EU pagan miles de dólares a redes del hampa que los recogen en el extremo oeste de Cuba en lanchas de velocidad.

La ruta de México es más peligrosa que un viaje directo de 145 kilómetros de Cuba a la Florida, pero tiene menos probabilidades de que intervenga la Guardia Costera de EU. Casi 90% de todos los cubanos indocumentados que llegan a EU lo hacen por tierra en vez de por mar, según la agencia de protección de aduanas y fronteras.

Desde la costa mexicana, los cubanos viajan hasta la frontera estadounidense, donde al contrario de lo que ocurre con los demás inmigrantes indocumentados, son recibidos al amparo de la ley estadounidense.

México, que lucha contra el hampa, paga el precio de ese cambio en el flujo migratorio, especialmente en Cancún. El lunes, los investigadores descubrieron allí el cadáver de un cubano – estadounidense de Miami, Luis Lázaro Lara, esposado y con los ojos cubiertos por cinta adhesiva.

Días antes, las autoridades arrestaron al menos a ocho personas bajo sospecha de que habían conducido de contrabando a cubanos a México, incluyendo seis con residencia o ciudadanía estadounidense que acababan de ser entrevistados por las autoridades estadounidenses. Lázaro Lara tenía conexiones con estos contrabandistas de personas, dicen los investigadores mexicanos.

“Son bandas que están bien organizadas, bien financiadas y muy poderosas”, dijo el senador Carlos Navarrete, que integró un grupo de legisladores mexicanos que vino a La Habana para discutir la cuestión con legisladores cubanos en junio.

Unos 9 mil 296 cubanos llegaron a EU vía México entre el 1 de octubre de 2006 y el 22 de julio de este año, más del doble que los 4 mil 589 que llegaron o que fueron recogidos por la Guardia Costera en los estrechos de la Florida en el mismo periodo.

La ruta mexicana es ahora tan popular que las autoridades de inmigración califican a quienes la siguen como cubanos “de pies polvorientos”, un juego de palabras alusiva a la política de “pies mojados/pies secos” que permite a los inmigrantes cubanos capturados en suelo estadounidense quedarse en EU, pero que devuelve a la isla a aquellos a quienes intercepta en el mar.

Negocios de pandillas

Las autoridades mexicanas culpan del hecho a la mayor seguridad a lo largo de las costas estadounidenses, pero el funcionario mexicano dijo que las pandillas más ricas y poderosas son las responsables.

Un contrabandista de personas con una lancha rápida que hace el trayecto de 200 kilómetros entre Cuba y la península de Yucatán puede ganar 30 mil dólares por carga de una treintena o más de cubanos. A menudo conciertan citas con yates que pueden llevar grandes grupos a la costa sin ser detectados.

El dinero generalmente proviene de familiares en EU que pagan a los contrabandistas hasta 10 mil dólares por persona para sacar de la isla a sus seres queridos. Tal como sugieren los arrestos recientes, la mayoría de las pandillas emplea a residentes estadounidenses de origen cubano que operan en Cancún y otros locales a lo largo de Yucatán.

Los contrabandistas utilizan teléfonos de satélite y tecnología del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para coordinar sus encuentros nocturnos en la provincia cubana de Pinar del Río, en el extremo oeste.

Las autoridades cubanas tienen prohibido usar la fuerza para detener los botes, excepto en defensa propia, pero informan a la Guardia Costera estadounidense las coordenadas de la embarcación que huye, aunque se haga evidente que se dirija a México. Y aunque combatir el contrabando humano entre Cuba y México no es prioridad de la Guardia Costera, los funcionarios estadounidenses suelen informar a la Armada mexicana.

El arresto de cubanos indocumentados en México pasó de 254 en 2002 a 2 mil 205 el año pasado, según el Instituto Nacional de Inmigración. Pero la mayoría es dejada en libertad tras 90 días en centros de inmigración. Sólo 772 cubanos —un tercio de los arrestados el año pasado— fueron repatriados a Cuba.

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