Más de mil rumanos abandonan Badalona por la presión policial

La Vanguardia, , 02-08-2007

LUIS BENVENUTYBADALONA

La marcha ha supuesto el fin de unos 130 pisos patera, pisos de 50m 2 en los que se hacinaban familias y traían problemas de convivencia
Más de mil rumanos gitanos dejaron Badalona en los últimos meses por la presión de la policía municipal. Tradicionalmente se ha acusado a este colectivo de ser profesional de la mendicidad, la chatarra y los hurtos por el centro de Barcelona. Los barrios donde vivían están a veinte minutos de la plaza Catalunya. Además, la marcha de estas personas ha supuesto el fin de unos 130 pisos patera, viviendas de 50 metros cuadrados en los que se hacinaban familias y que traían problemas de convivencia: ruidos, suciedad e inseguridad.

Con todo, fuentes policiales dicen que es imposible garantizar la estabilidad: todos pueden regresar. Después del éxodo hoy viven en Badalona unos 500 gitanos rumanos y hay una decena de pisos problemáticos. Se calcula que en los últimos años 6.000 personas de este colectivo vivieron en algún momento en la ciudad. En el último lustro la colonia no ha hecho sino crecer, salvo hace dos primaveras, cuando los Mossos detuvieron a uno de sus líderes por enseñar a sus hijos a robar a turistas de Barcelona. Entonces un centenar de personas, al ver amenazado su modo de vida, optaron por dejar Badalona.

Son datos proporcionados por Ferran Falcó, edil de Seguridad. “La Guardia Urbana ha combinado la pedagogía y la coerción. La unidad de convivencia ha realizado insistentes inspecciones en los pisos más problemáticos para explicar las normas de convivencia”. Y las patrullas llevan a cabo una dura presión sancionadora en lo referente al uso de espacios públicos y el tráfico de vehículos. También ha sido clave la colaboración de la brigada de extranjería de la Policía Nacional. Esta firmeza es hostigamiento para aquellos que viven instalados en la irregularidad.

Los primeros pisos sobreocupados de la ciudad se detectaron en Sant Roc hace cinco años. Son pisos poco atractivos para el negocio inmobiliario convencional comprados por pakistaníes que luego alquilan a precio de mercado a quien nadie alquilaría un piso. Lo habitual es que varias familias rumanas compartan vivienda y gastos. Los problemas de convivencia se agravaron a medida que los pisos se extendían por la Salut. Allí se encontraba la mayor parte de las 147 infraviviendas detectadas por la Guardia Urbana entre septiembre y mayo.

En estas viviendas se identificaron 1.500 personas. Según las fuentes, el 90% de los pisos patera de la ciudad han dejado de ser conflictivos. Sus inquilinos han mejorado sus costumbres o, en la mayoría de los casos, se han marchado. Lo atestiguaban informes policiales sobre numerosas plazas, otrora ocupadas de manera exclusiva por gitanos rumanos y hoy normalizadas con una fuerte presencia multicultural. Y es que cuando 15 personas comparten piso lo habitual es que pasen la mayor parte del tiempo en la calle.

La lucha contra los pisos patera tuvo en Badalona un antes y un después el pasado febrero, cuando una pareja del barrio de la Salut vio que las aguas fecales de su retrete se desbordaban por el parquet porque sus vecinos empleaban el váter como cubo de la basura. El descontento popular se materializó en manifestaciones contra el colectivo gitano rumano, protestas que propiciaron el desalojo de varios pisos patera y que encendieron las alarmas de SOS Racisme. Entonces el Ayuntamiento endureció sus medidas.

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