Un total de 24 temporeros senegaleses llegaron ayer a Lleida para trabajar durante los próximos dos meses en la campaña de recogida de fruta, con un contrato formalizado en su país de origen por el sindicato Unió de Pagesos (UP). El grupo, que cuando se complete estará formado por cuatro mujeres y 46 hombres, es el primer contingente de jornaleros agrícolas que llega a Catalunya gracias al acuerdo de colaboración firmado el año pasado entre los gobiernos de España y Senegal para frenar la crisis de los cayucos.
Los primeros trabajadores, la mayoría procedentes de la región de Casamance (al sur de Senegal), aterrizaron el martes en Barcelona, “como unos turistas más, con todas las comodidades y con una cálida acogida”, relataba ayer Assane Ndiane en el alojamiento que les ha ofrecido la cooperativa de Corbins (Segrià). Como también les ocurre a otros turistas, a Ndiane le perdieron las maletas en un transbordo hecho en Lisboa. Pese a esta contingencia, aseguró que el viaje fue “tranquilo y mucho más seguro” que los que hacen sus compatriotas por mar.
En Senegal, Ndiane es agricultor, propietario de una pequeña finca, donde cultiva fruta fresca como la que recolectará estos días en Lleida. Durante su ausencia, la heredad ha quedado en manos de un sobrino. “El chico intentó viajar el año pasado a Canarias en una barca clandestina, pero le interceptaron y a los pocos días de partir estaba de vuelta en el pueblo. Ahora soy yo quien va a probar fortuna, aunque de un modo más seguro”, explicó.

CURSOS DE DESARROLLO
Su intención es regresar a Senegal en cuanto finalice su contrato en España, previsiblemente a mediados del mes de octubre y tras trabajar en distintas campañas agrarias. “Tengo mujer y tres hijos en África y debo volver con ellos”, añadió.
También Charif Mballo, compa –
ñero de expedición de Ndiane, tiene amigos que el año pasado arriesgaron sus vidas para llegar a España en cayucos, pero prefiere no dar detalles. Más interesado se muestra, en cambio, por los cursos de desarrollo que Unió de Pagesos les impartirá durante su estancia en España. “Espero aprender, al menos, la lengua catalana, que me han dicho que se parece bastante al francés”, aseguró.
“Aprovecharemos para enseñarles algunas cuestiones básicas sobre procesos productivos, con el objetivo de que luego puedan aplicarlas y mejorar en su país”, explicó Joan Josep Vergé, responsable del programa de temporeros en el sindicato agrario y encargado de dar la bienvenida a los recién llegados. Estos cursos de formación forman parte del convenio suscrito el pasado 5 de diciembre entre España y Senegal.
La llegada de los temporeros africanos se produce, no obstante, con un mes de retraso respecto a lo previsto, “porque los escollos administrativos han sido muy grandes”, dijo Vergé. Los senegaleses convivirán en el albergue de Corbins con trabajadores rumanos y colombianos, también contratados en origen.