Ser solidarios

El Universo, 31-07-2007

La visita que la esposa del Presidente de la República realizó días atrás a la niña y su madre ecuatorianas detenidas en Bélgica fue un gesto de solidaridad extraordinario, no solo por ser ella originaria de ese país europeo sino también por sus valientes  declaraciones a los medios de comunicación.Se demuestra así que no son los ciudadanos belgas los responsables de lo que está ocurriendo sino una legislación racista que no cabe en un país civilizado que sufrió un castigo similar durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos  saben en esa nación lo que es el trato humillante de la autoridad extranjera, así que no concebimos que provengan de allí los sentimientos que explican este proceder.

Ya es hora de que se entienda que el fenómeno de la emigración no puede ser tratado por la Justicia con los mismos parámetros con que se aborda el delito. La  confusión en torno a ese asunto ha llevado al Estado belga a protagonizar el espectáculo horrendo de confinar a una niña y su madre inocentes tras las rejas y usar la violencia para deshacerse de ellas.

El ejemplo de la Primera Dama debe ser replicado por todas las instituciones y ciudadanos ecuatorianos, expresando ampliamente nuestra solidaridad con las dos compatriotas, que no merecen el destino que se les está dando.

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