“No es posible establecerlo con exactitud” respondía ayer a la agencia Colpisa la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, a la presgunta sobre el número de inmigrantes que podían haber fallecido en la “tragedia de Tenerife”. “Pero la tragedia pone de manifiesto, una vez más, los riesgos de la inmigración clandestina y el carácter criminal de las redes que trafican con los seres humanos. Además de nuestro dolor, de la movilización de recursos que hemos llevado a cabo para intentar salvar al mayor numero de personas. La tragedia de Tenerife reafirma la determinación del Gobierno de luchar contra esas mafias, contra esta lacra de nuestro tiempo que hace víctimas a los seres humanos”, agrega. Rumí rehúsa calcular cuántos inmigrantes pierden la vida en el Atlántico en su intento de llegar a la costa española. “El Gobierno no especula con datos que nadie puede conocer con exactitud por su naturaleza clandestina”. Por otra parte, “con toda la prudencia”, expresa su confianza en que la llegada de clandestinos no sea como la del pasado año y cita para ello "la cooperación con los países africanos y las repatriaciones, “que tienen un efecto pedagógico y disuasorio increíble”.