El proyecto del plan de barrios de Vic se aprobó en la segunda convocatoria de la ley, en julio del 2005. Se ideó desde una perspectiva de prevención, en una zona con indicadores preocupantes: gran crecimiento demográfico, encabezado por la población inmigrante, y envejecimiento de la población, con un alto porcentaje de dependencia añadido.
El programa, con un presupuesto de 12,5 millones de euros, afecta a 13.500 habitantes e incluye 23 obras en los barrios del sur de la ciudad (espacios públicos, zonas verdes, centros cívicos, entre otras). También comprende seis programas sociales, formativos y culturales dirigidos a ancianos, mujeres y jóvenes inmigrantes. La mayoría de las actuaciones de estos programas se han iniciado durante el último año.

Satisfacción
“Todavía es prematuro valorar los impactos y los efectos”, apuntan desde algunas asociaciones de vecinos. “Aun así, el nivel de satisfacción de los usuarios es muy elevado, según las encuestas”, dice Josep Rafús (CiU), responsable del plan en el ayuntamiento.
El edil se refiere a iniciativas como La Caseta, un espacio educativo para familias con niños menores de tres años, las visitas a domicilio de una enfermera a las personas de más de 80 años para detectar situaciones de necesidad o fragilidad y el Jove vincula’t, un punto de referencia formativo de inserción laboral para jóvenes.
Por lo que concierne a las reformas urbanísticas, el plan de barrios ya ha dejado algunas perlas en la ciudad, entre las que destacan los parques de Santa Anna y Horta de la Sínia, y la intervención en la ribera del río Méder. “Pero el gran cambio, la reurbanización total de la zona del Remei, está aún por llegar y se llevará a cabo en los próximos años”, asegura Rafús. “¿Cómo queremos que sea el barrio? Es un debate que no está cerrado”, precisa.