A pesar de los reclamos de manifestantes, más de 100 personas hicieron fila ayer ante el ayuntamiento de New Haven para obtener tarjetas de identificación para indocumentados, las primeras de su tipo emitidas por una municipalidad estadounidense.

Las tarjetas, ofrecidas a los 125,000 habitantes de la ciudad, entre ellos de 10,000 a 12,000 inmigrantes indocumentados, permitirán a sus titulares abrir cuentas bancarias y utilizar otros servicios que no podrían recibir sin mostrar un permiso de conducir u otros documentos de identidad emitidos por las autoridades estatales.

Para muchos indocumentados, las tarjetas ofrecen ciertas garantías de pasar más desapercibidos en medio de una campaña en la que las autoridades federales y locales chocan cada vez más por el tratamiento de unos 12 millones de inmigrantes ilegales afincados en Estados Unidos.

Ray Sánchez, un bracero de 36 años, dijo que utilizará la tarjeta para abrir una cuenta bancaria y obtener un carné en la biblioteca pública a fin de aprender inglés.

Los opositores a la iniciativa dicen que podría provocar un flujo de inmigración ilegal que abusaría de los servicios públicos y despilfarraría el dinero de los contribuyentes.