ESPAÑA

Guardias civiles alicantinos recogen a 26 subsaharianos en alta mar

Los agentes participan en una operación internacional de control de fronteras Italia se negó a acogerlos, a pesar del protocolo, y tuvieron que desembarcar en Malta

La Verdad, E. M. L., 25-07-2007

El buque Río Cervantes, perteneciente a la Guardia Civil española y con base en Palma de Mallorca, rescató el lunes por la noche, en aguas internacionales situadas entre Italia y Malta, a 26 inmigrantes procedentes de Sudán y Somalia, cuando la endeble embarcación con la que pretendían llegar a Europa desde África estaba a la deriva y a punto de naufragar por completo.

La patrullera española, que forma parte de un operativo internacional comandado por la Agencia Europea de Control de Fronteras para vigilar las aguas de Malta, avistó la embarcación, repleta de gente y medio inundada, sobre las 22.00 horas del lunes.

Los ocupantes del Río Cervantes, miembros de la Guardia Civil de Palma de Mallorca, Almería y Alicante, socorrieron a los inmigrantes y les permitieron subir al buque.

Protocolo

Inmediatamente se pusieron en marcha las medidas que habían quedado estipuladas de antemano entre los países participantes en la operación de control de fronteras: Alemania, Italia, Malta y España, en caso de que alguna de las embarcaciones tuviese que realizar un salvamento.

Fuentes cercanas a la Agencia de Control de Fronteras destacan que Italia se había comprometido a hacerse cargo de los hipotéticos inmigrantes rescatados, no así de los interceptados.

Así pues, los guardias civiles pusieron rumbo al puerto más cercano, el de Lampedusa, e iniciaron los contactos con las autoridades competentes para obtener el permiso de desembarco para los inmigrantes rescatados, 26 en total.

Sin embargo, todo apunta a que, en el último momento y a pesar de que la medida de urgencia había quedado estipulada de antemano, las autoridades italianas pertinentes se negaron al desembarco de los inmigrantes, a pesar de que algunos no se encontraban en buen estado de salud.

La rotunda negativa, que puede traer consecuencias diplomáticas entre España e Italia, obligó a la tripulación del Río Cervantes a buscar otro puerto en el que desembarcar a los inmigrantes. El más cercano, el de Malta, se encontraba en ese momento a 115 millas y apenas tenían combustible para llegar.

Aunque los españoles pidieron que les dejasen repostar antes de partir, las autoridades italianas se negaron también a que el buque se acercase al puerto por este motivo, porque no se fiaban de las intenciones de su tripulación.

Pese a que la situación parecía a punto de convertirse en un reflejo de la que vivió el año pasado el barco pesquero de Santa Pola Francisco y Catalina, que tuvo que permanecer ocho días con varios inmigrantes a bordo, finalmente un acuerdo con las autoridades de Malta, gracias a una ardua labor de negociación por parte de la embajada española, permitió que los inmigrantes fueran desembarcados en este país a las 05.45 horas, donde pudieron ser atendidos en el hospital.

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