CRÍTICA DE CINE

Que llamen a Manolo y benito

El Correo, 25-07-2007

Carole Bouquet es de esas actrices que, al igual que Inés Sastre o Kristin Scott – Thomas, parecen siempre recién salidas de las páginas del ‘Hola’. Bellas, elegantes, sin alma. El viejo verde de Luis Buñuel se encaprichó de ella y la convirtió en el reverso de Ángela Molina en ‘Ese oscuro objeto del deseo’. En Francia debe de ser algo así como una gloria nacional, pero si todas sus películas son como ‘Obras en casa’…

El subgénero del caos que traen consigo las reformas domésticas ya se agotó en ‘Esta casa es una ruina’, aquella divertida comedia de Tom Hanks donde no quedaba en pie ni una pared a manos de terroristas del gotelé. La directora francesa Brigitte Roüan añade a la comicidad basada en el destrozo un componente ‘buenrrollista’. La protagonista es una combativa abogada especializada en inmigrantes sin recursos. Absorbida por su trabajo, salta del despacho a las manifestaciones contra las leyes de extranjería. Divorciada y con dos hijos adolescentes, su perdición será reclutar a una cuadrilla de ‘sin papeles’ encabezada por un arquitecto colombiano para que le reforme su pisazo de París.

En ‘Obras en casa’ conviven dos registros que nunca llegan a casar. El peor vodevil francés, con actores gesticulantes y gritones a lo Louis de Funes, y el enredo sofisticado y, para colmo, con moraleja social. Y ya cuando la protagonista se pone a bailar al sufrir un arrebato, en paréntesis musicales a lo Resnais de ‘On connait le chanson’, la vergüenza se apodera del espectador. Al menos, nuestros Manolo y Benito de ‘Manos a la obra’ hacen gracia.

o.belategui@diario – elcorreo.com

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