La Asociación Marroquí de Comunicación (AMC) estima que la cifra de inmigrantes clandestinos desaparecidos en el mar en lo que llevamos de año se sitúa entre 2.500 y 3.500 personas, “aunque puede ser mayor”, admitió un portavoz de este colectivo.

La totalidad de las rutas marítimas de inmigración, desde el litoral del continente africano, anuncian que llegan hasta “El dorado Europeo”. Sin embargo, no todos consiguen llegar, la muerte acecha en el Atlántico y en el Mediterráneo. Es la “silenciosa” realidad trágica del continente africano. La Asociación Marroquí de Comunicación ha difundido en un estudio reciente sobre los naufragios del 2007, que se ha publicado en Internet, estima que la cifra oscila entre las 2.500 y 3.500 personas desaparecidas, “aunque puede ser aún mayor”, indicaron.

Tres rutas abiertas

La AMC subraya que hay “tres rutas para llegar a Europa: La primera es la ruta desde El Yemen y Arabia Saudí, con miles de personas que escapan de las guerras de Etiopía, Somalia y Eritrea y que usan barcos para llegar a la costa mediterránea europea. Se calcula que son más de 300 personas las fallecidas y desaparecidas en esta región del mundo, en lo que va de año”.

La segunda ruta une la costa Sur del Mediterráneo con la vertiente Norte. Está compuesta por varios caminos, desde Marruecos y Argelia con rumbo a las playas españolas y desde las costas de Túnez y Libia hacia Italia y Grecia. Es la ruta más antigua y más activa, también la que ostenta el récord de muertos y desaparecidos.

La tercera ruta marítima es la más reciente, se trata de la ruta desde África Occidental, principalmente desde Senegal y Mauritania, hacia las costas de Canarias, que presentan un drama humano “con pocos precedentes y que en los últimos veinticuatro meses ha registra el mayor número de víctimas” subraya AMC.

El diario “Alquds Árabe” escribió el pasado fin de semana: “Las victimas no son sólo aquellas de las que las autoridades españolas informan, también están dentro de los cayucos que se pierden en alta mar sin que nadie se entere”.

La AMC, un referente social en asuntos relacionados con la inmigración clandestina que se desarrolla entre África y España, se ha mostrado bastante preocupada por las muertes en alta mar, lo que en un momento dado puede originar una avalancha de africanos intentando acceder a las fronteras marítimas españolas. En este sentido, no hace muchas fechas emitió un informe en el que se decía que en el presente año se contratarían en España a 180.000 inmigrantes.

Un reguero de pólvora

Los ecos de la información anterior, según explicó la Asociación Marroquí de Comunicación, reactivaron las ilusiones de miles de jóvenes, que ahora buscan en la “travesía de la muerte” un pasaporte para una vida mejor.

La AMC puntualizó que no se trataba de un proceso de regularización, sino que las personas que venían a España lo hacían con un contrato de trabajo en mano. Interior no tardó demasiado tiempo en elaborar una respuesta. “El rumor es muy fuerte”, indicó un portavoz, “y se teme un aumento de movimientos hacia las costas de Andalucía y Canarias, pero por ahora se descarta la existencia de una ola de pateras debido a la fuerte vigilancia que existe en la franja costera de Marruecos”, precisaron.

En unos términos bastante más trágicos se basa un informe elaborado por Cáritas, que reconoce que en 2006 murieron cada día un total de diez personas cuando trataban de alcanzar el archipiélago canario, lo que significa que sus cálculos sitúan esta problemática en torno a los seis mil fallecidos en alta mar durante el pasado año.

Fuentes próximas a esta ONG no rehuyen hablar del problema que se crea con cada una de las pateras o cayucos que son interceptados cerca de Canarias: “por cada embarcación se pierden entre tres y cuatro inmigrantes”, apuntaron, antes de matizar que “resulta muy raro que no se produzcan muertos, ya que durante una semana de travesía hay períodos de fuertes lluvias, sol y viento”, admitió un portavoz de la Asociación Marroquí de Comunicación en relación a un drama social que, sólo en 2007, ya ha podido ocasionar unas tres mil quinientas víctimas mortales en alta mar.