Los servicios de Salvamento Marítimo español han suspendido la búsqueda de las más de 50 personas que desaparecieron el jueves al volcar al sur de la isla canaria de Tenerife la embarcación con la que intentaban llegar a España.


El naufragio ocurrió en la madrugada del jueves a 98 millas de Tenerife cuando una ola hizo volcar la embarcación en la que viajaban un centenar de personas, que estaban a punto de ser rescatadas por dos buques de Salvamento Marítimo. «La búsqueda prosiguió durante toda la noche del viernes con un remolcador y una patrullera pero fue sustituida a primeras horas del sábado por un radio aviso para los buques que naveguen en la zona», dijo un portavoz de la subdelegación canaria. Los equipos de rescate consideran que las esperanzas de encontrar supervivientes es nula.


Un total de 48 personas pudieron ser rescatadas por las tripulaciones de los buques Conde de Gondomar y Luz de Mar , que trasladaron a los supervivientes a puerto. Sin embargo, sólo se recuperaron hasta el momento tres cadáveres de entre las decenas de inmigrantes desaparecidos.


Entre los rescatados, hay un joven que mostró a los efectivos de Cruz Roja su preocupación por cinco de sus hermanos y ocho amigos que, según aseguró, viajaban también en la embarcación volcada.


Diez días de viaje


Los ocupantes, procedentes de Ghana, Guinea – Bissau y Liberia, relataron a los miembros de Cruz Roja que vieron morir a algunos de sus compañeros de un viaje que había comenzado unos diez días antes.


Este naufragio es la peor catástrofe registrada por la inmigración clandestina en los últimos años en aguas españolas, pero no ha sido el único. Por ejemplo, en diciembre del 2006, al menos 102 personas murieron ahogadas o por hambre durante una travesía que nunca llegó a Canarias procedente de África Occidental.


En aquella ocasión unos pescadores rescataron a veinticinco personas cerca de Saint Louis (Senegal), mientras que el resto de cuerpos nunca se recuperaron.


Las islas Canarias son una de las principales puertas de entrada a Europa para la inmigración clandestina por vía marítima desde África y ?la llegada del buen tiempo multiplica las travesías.