WASHINGTON.— El embajador Arturo Sarukhán afirma que a menos que México cambie la forma en que trata a los indocumentados centro o sudamericanos, le será difícil reclamar a Estados Unidos los derechos de los mexicanos.

Sarukhán consideró que el gobierno del presidente Vicente Fox hizo daño a su posición y la de los partidarios de la reforma migratoria integral “por la forma en que trató de posicionarse públicamente en un debate interno de Estados Unidos”.

El embajador se refirió en par – ticular a la publicación de un cómic con consejos a los migrantes indocumentados, y señaló que cuando se enteró del folleto, siendo cónsul general en Nueva York, lo consideró “un error tonto”, toda vez que no es la forma en que se trabaja con Estados Unidos para administrar la “muy complicada frontera común”.

El señalamiento de Sarukhán fue visto como parte del “nuevo rumbo” adoptado por el gobierno del presidente Felipe Calderón, que según esa interpretación, “bajó el tono del impulso de las relaciones públicas por una ley de inmigración en Estados Unidos, y en su lugar trata de construir infraestructura, combatir la corrupción y crear empleos para retener a los trabajadores” en el país.

Sarukhán, quien bajo el régimen de Fox fue cónsul general de México en Nueva York, y antes, jefe de asesores de Jorge Castañeda cuando éste fue secretario de Relaciones Exteriores, ha sido criticado públicamente por el ex canciller, luego de un fuerte distanciamiento entre los dos.

En declaraciones al diario derechista The Washington Times, Sarukhán apuntó que “es muy difícil para México predicar al norte lo que no practica en el sur”, en referencia a los maltratos que sufren los migrantes que cruzan por México hacia Estados Unidos.

“A menos que corrijamos el fundamental reto de la violación a los derechos humanos de migrantes latinoamericanos o centroamericanos que cruzan la frontera hacia México, es muy difícil venir y demandar a ustedes que deben proteger los derechos de mis conciudadanos en este país”, añadió.

Lo que el periódico estadounidense calificó como un cambio de posición política, no se contrapone al deseo de que haya una reforma migratoria en Estados Unidos, aunque la meta mexicana es “asegurar que todo mexicano que cruce la frontera lo haga legalmente”, y crear empleos y oportunidades económicas en México.

Sarukhán destaco además que el gobierno mexicano “entiende” el nerviosismo de los estadounidenses y su deseo por una frontera segura, amén de estar muy conscientes de las consecuencias en caso de que un ataque a la seguridad estadounidense hubiera sido propiciado por un fallo en la frontera con México.

“El día que eso suceda, esta relación como la conocemos habrá terminado”, dijo Sarukhán, de acuerdo con el diario. El diplomático mexicano subrayó, sin embargo, que “México y Estados Unidos trabajan extremadamente bien para asegurar que la frontera no sea usada para socavar o cuestionar la seguridad nacional de Estados Unidos”.

El embajador mexicano consignó también que “hay un temor profundamente asentado en Estados Unidos por su bienestar y su identidad como nación, y el impacto de algunos de los efectos de la globalización asustan a la gente”.

WASHINGTON.— El embajador Arturo Sarukhán afirma que a menos que México cambie la forma en que trata a los indocumentados centro o sudamericanos, le será difícil reclamar a Estados Unidos los derechos de los mexicanos.

Sarukhán consideró que el gobierno del presidente Vicente Fox hizo daño a su posición y la de los partidarios de la reforma migratoria integral “por la forma en que trató de posicionarse públicamente en un debate interno de Estados Unidos”.

El embajador se refirió en par – ticular a la publicación de un cómic con consejos a los migrantes indocumentados, y señaló que cuando se enteró del folleto, siendo cónsul general en Nueva York, lo consideró “un error tonto”, toda vez que no es la forma en que se trabaja con Estados Unidos para administrar la “muy complicada frontera común”.

El señalamiento de Sarukhán fue visto como parte del “nuevo rumbo” adoptado por el gobierno del presidente Felipe Calderón, que según esa interpretación, “bajó el tono del impulso de las relaciones públicas por una ley de inmigración en Estados Unidos, y en su lugar trata de construir infraestructura, combatir la corrupción y crear empleos para retener a los trabajadores” en el país.

Sarukhán, quien bajo el régimen de Fox fue cónsul general de México en Nueva York, y antes, jefe de asesores de Jorge Castañeda cuando éste fue secretario de Relaciones Exteriores, ha sido criticado públicamente por el ex canciller, luego de un fuerte distanciamiento entre los dos.

En declaraciones al diario derechista The Washington Times, Sarukhán apuntó que “es muy difícil para México predicar al norte lo que no practica en el sur”, en referencia a los maltratos que sufren los migrantes que cruzan por México hacia Estados Unidos.

“A menos que corrijamos el fundamental reto de la violación a los derechos humanos de migrantes latinoamericanos o centroamericanos que cruzan la frontera hacia México, es muy difícil venir y demandar a ustedes que deben proteger los derechos de mis conciudadanos en este país”, añadió.

Lo que el periódico estadounidense calificó como un cambio de posición política, no se contrapone al deseo de que haya una reforma migratoria en Estados Unidos, aunque la meta mexicana es “asegurar que todo mexicano que cruce la frontera lo haga legalmente”, y crear empleos y oportunidades económicas en México.

Sarukhán destaco además que el gobierno mexicano “entiende” el nerviosismo de los estadounidenses y su deseo por una frontera segura, amén de estar muy conscientes de las consecuencias en caso de que un ataque a la seguridad estadounidense hubiera sido propiciado por un fallo en la frontera con México.

“El día que eso suceda, esta relación como la conocemos habrá terminado”, dijo Sarukhán, de acuerdo con el diario. El diplomático mexicano subrayó, sin embargo, que “México y Estados Unidos trabajan extremadamente bien para asegurar que la frontera no sea usada para socavar o cuestionar la seguridad nacional de Estados Unidos”.

El embajador mexicano consignó también que “hay un temor profundamente asentado en Estados Unidos por su bienestar y su identidad como nación, y el impacto de algunos de los efectos de la globalización asustan a la gente”.