Músico y cantante
Adorado en su Senegal natal y en toda África, el artista y embajador de causas humanitarias actúa hoy en el Poble Espanyol dentro del B – Estival.


– – Usted, como Bono, de U2, se cita con Bush y los poderosos para clamar ayuda para África. ¿Por qué no se mete en política?
– – Hay dos maneras de hacer política: una es estar dentro y otra, llevar los mensajes a todo el mundo a través de la música. Yo intento remover conciencias de esta manera.

– – ¿Y qué soluciones ve?
– – Falta diálogo entre todos. Para erradicar el sida, la malaria, los medicamentos deberían ser gratuitos. Sobre los conflictos religioso – culturales, a la gente le cuesta entender que la diversidad es una riqueza, no un problema. Frente al hambre, hay que invertir más en África, en formación. La educación es la base de todo.

– – Muchas pateras vienen de su país.
– – Para ellos esto es El Dorado y se arriesgan. Hay días que no tienen qué comer. Los que logran trabajo envían el dinero a sus familias. Pero África tiene sus dos caras: la de la pobreza y la de la esperanza y la felicidad. En la comunidad hay una gran solidaridad, una vida en común, que aquí no existe. Son positivos y ven el futuro con esperanza.

– – ¿Qué piensa cuando viene a Europa y ve a sus paisanos vendiendo copias ilegales de sus discos?
– – Para mí la música es más importante que vender discos. Creo que una buena iniciativa es lo que ha hecho Prince en Inglaterra regalar su disco con un magacín dominical. La falta de trabajo es una tragedia.

– – Usted también trabajó duro…
– – Sí, a los 13 años ya estaba con una banda. Tuve que luchar, estudiar, viajar… El talento no es suficiente.