El adolescente fue trasladado a Tánger para reagruparlo con su familia como exige la ley Una expulsión de ida y vuelta. Eso es lo que ha tenido un menor marroquí que el pasado sábado fue enviado desde Alicante hasta Tánger para reagruparlo con su familia. La reunión no duró mucho. Ayer, la Policía Local lo detectó en Ceuta, de nuevo en España tan sólo 48 horas después de su expulsión.

Según informaron fuentes policiales, el adolescente residía desde hace años en la capital alicantina. Lo hacía de manera clandestina, sin papeles y tras cruzar la frontera hacia España de manera desconocida y supuestamente por métodos ilegales.

El menor marroquí fue finalmente detectado en Alicante e ingresado inicialmente en un centro de internamiento de adolescentes de la provincia alicantina. Todos los esfuerzos se centraron entonces en localizar a la familia del joven.

Paso del Tarajal

Las gestiones policiales y diplomáticas dieron su fruto poco después. Los padres del menor fueron detectados en Tánger.

El menor fue enviado entonces hasta la ciudad marroquí, para lograr el objetivo de llevar a cabo su reagrupación familiar, tal y como establece la legislación vigente.

Pero la unión iba a durar poco. El menor, después de ser trasladado hasta su casa, abandonó la misma a las pocas horas. Dos días después logró entrar de nuevo ilegalmente en España. Lo hizo a través del paso fronterizo del Tarajal, que le llevó hasta Ceuta.

El adolescente ha sido trasladado al centro de menores de La Esperanza, donde se encuentran ingresados todos los menores marroquíes que se encuentran en situación irregular en la ciudad ceutí.

Como ya denunció LAS PROVINCIAS, la llegada de menores magrebíes a la Comunitat es una constante. Muchos de ellos se camuflan en los bajos de camiones en el sur de España para llegar hasta tierras valencianas, pese a que muchos de ellos mueran en el intento.