MUNDO
Símbolo de la integración
Sarkozy no dudó en nombrar ministra de Justicia a Rachida Dati, a pesar de los antecedentes penales de dos de sus hermanos
El Correo, 15-07-2007Rachida Dati (1965), ministra de Justicia, hija de un padre albañil, marroquí, y una madre argelina, inmigrantes pobres, organizó ayer una gran recepción oficial, con presencia de ministros e hijos de inmigrantes de muy diversas nacionalidades, europeas y mediterráneas, con el fin de afirmar la apertura política, religiosa y cultural del presidente Sarkozy, cuando dos de sus hermanos, Jamal y Omar Dati, tienen graves problemas judiciales y son reincidentes en el tráfico de estupefacientes.
Jurídicamente, se trata de casos relativamente antiguos, bien conocidos de Nicolas Sarkozy, que no dudó en nombrar a Rachida Dati ministra de Justicia, el mes de mayo pasado, a pesar del riesgo político de tales problemas familiares. La ministra tiene siete hermanas y cuatro hermanos, crecidos, todos ellos, en las afueras de un suburbio de inmigrantes pobres, en Chalon – sur – Saône, cerca de Lyon, en el corazón de Francia.
Los padres de Rachida la educaron en un colegio católico. Estudió comercio, mientras desempeñaba pequeños trabajos (venta a domicilio, enfermera, contable), para pagar sus estudios y ayudar a sus padres a sacar adelante a su familia, y toda su brillantísima carrera, como magistrada, primero, en el Banco Europeo de Inversiones (con Jacques Attali) y en grandes empresas de aeronáutica y petróleo, la realizó a pulso, venciendo sola muchos obstáculos.
Mensaje
Sarkozy la integró hace cinco años en sus sucesivos equipos ministeriales, y fue su portavoz oficial durante la pasada campaña presidencial. A la hora de formar su primer Gobierno, Rachida Dati fue elegida naturalmente como ministra de Justicia, para enviar un mensaje político fuerte, capital: la integración y triunfo de los inmigrantes pobres, capaces de llegar hasta las cumbres del poder político.
Sin embargo, ese nombramiento ha suscitado muchas reservas, a la izquierda, a la derecha, entre altos funcionarios. Su gran recepción, ayer, en la plaza Vendome, sede del Ministerio de Justicia, fue la encrucijada de enfrentamientos incendiarios.
Sarkozy consideró indispensable hacer una aparición imprevista, para confirmar su apoyo y solidaridad a su ministra, víctima de sórdidos ataques racistas: «Rachida tiene toda mi confianza. Ella está obligada a triunfar. Porque su obra va más allá de ella misma. Rachida es el símbolo de la integración republicana, en la Francia diversa de nuestro tiempo».
En una encrucijada íntima, política y nacional de cierta gravedad, el apoyo más caluroso que ha recibido Rachida Dati, es el de Cecilia Sarkozy, que ha declarado: «Rachida es para mi mucho más que una amiga. Es como una hermana. Y no la abandonaré nunca. Lo conozco todo sobre ella: pertenece a la raza de las grandes señoras».
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