Cerca de 40,000 centroamericanos han sido deportados de Estados Unidos en lo que va de año, a los que se suman otros 46,000 que vieron truncado a mitad de camino su sueño de alcanzar territorio estadounidense.

Con 15,800 deportados vía aérea hasta el 10 de julio y otros 23,690 vía terrestre, Honduras es el país más afectado del Triángulo Norte, integrado también por El Salvador y Guatemala.

Mirna Rodríguez, responsable de la Organización Internacional para las Migraciones de Honduras, explica que casi se ha vuelto una norma que lleguen dos aviones diarios cargados con 100 a 120 personas, cuatro días a la semana y unos seis buses diarios con 50 pasajeros de Guatemala y México, aseguró.

El resto de los países de la región, como Costa Rica, cuya emigración a Estados Unidos es casi inexistente, y Nicaragua donde la emigración llega a Costa Rica o Panamá, prácticamente no están afectados.

A Honduras le sigue El Salvador, que ha visto desembarcar de Estados Unidos a 10,954 salvadoreños indocumentados en lo que va del año, duplicando el número de casos de 2006, según la Dirección General de Migración y a otros 9,272 desde México.

Les sigue Guatemala, adonde han sido devueltos de Estados Unidos 10,454 emigrantes ilegales en el año y otros 23,102 por tierra desde México, lo que hace prever que este año las expulsiones alcanzarán cifras sin precedentes.