REGIÓN MURCIA

Investigan si un marroquí que reside en Murcia transportó explosivos entre África y España

Un perro adiestrado dio la alerta al revisar el coche del inmigrante, que había sido dejado abandonado junto a la frontera marroquí de El Tarajal

La Verdad, R. FERNÁNDEZ, 12-07-2007

El fino olfato de un perro, entrenado para la detección de sustancias explosivas, ha puesto en alerta a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Ceuta y ha hecho que se incrementen, de forma muy sensible, los controles y las medidas de seguridad en la frontera con Marruecos. ¿El motivo? El abandono de un coche muy cerca del paso fronterizo de El Tarajal, que al ser sometido a una inspección con ayuda del citado can, éste realizó algunas señales que apuntaban a que el vehículo portaba – o había portado – sustancias explosivas.

Esta circunstancia dio origen a un espectacular despliegue de las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes, que permitió acordonar la zona y trasladar el automóvil, con exhaustivas medidas de seguridad, hasta una zona aislada conocida como La Alcántara de la Cerveza, en el que fue minuciosamente registrado por los especialistas de la Policía de Rabat. Aunque finalmente se comprobó que el coche estaba vacío, ello ha dado origen a una investigación para determinar quién lo dejó abandonado, las razones de ello y si el automóvil ha podido servir para trasladar explosivos.

Ayer, el delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García – Arreciado, explicó que se había comprobado que el automóvil, marca Seat, pertenece a un ciudadano marroquí con residencia en Murcia, cuya identidad no facilitó y del que se desconoce su paradero.

García – Arreciado también reconoció que se han incrementado los «esfuerzos» y las medidas de seguridad en la frontera con Marruecos, aunque se había comprobado que el coche aparecido el martes en el lado marroquí con posible material explosivo fue finalmente una «falsa alarma».

Aclaró que el perro entrenado en la detección de explosivos que revisó el coche «no dejó claro si había o no (explosivos) en su interior», por lo cual la Gendarmería marroquí «decidió retirar el vehículo y al final llegaron a la conclusión de que no había explosivos ni nada por el estilo, aunque posiblemente algún día fuese utilizado para algo parecido, o la rueda del coche tenía algún olor que engañó al perro y fue una falsa alarma».

El delegado del Gobierno señaló que la alerta máxima en Marruecos «ha supuesto redoblar los esfuerzos por parte nuestra y de ellos, para sumar esfuerzos en el objetivo común de ambos Estados de asegurar la seguridad y despejar cualquier incógnita de posibles atentados que se pudiera presentar».

García – Arreciado insistió en que la seguridad «al 100% no existe y vivimos en una situación de riesgo, en la que todos debemos colaborar combatiéndola y adoptando individualmente las medidas que se consideren precisas».

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