Datos positivos y alguno malo

El Periodico, PASQUAL Maragall*, 12-07-2007

Catalunya recibirá este año casi 17 millones de turistas extranjeros, cerca de un 8% más que el año anterior, turistas que gastarán cada uno por término medio 77 euros al día, algo menos que en el 2006, con un resultado final de incremento neto de la actividad turística del 4%, cuando el año pasado solo había crecido el 2%. Todo esto según los expertos de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Economía
Más turistas y menos gastos medios es un resultado ligado a la expansión de las compañías aéreas de bajo coste y que redunda en viajes más baratos, una democratización del turismo y mayores ingresos para las empresas del sector. Clientes de un segmento económico no tan alto y más ingresos. Y también se sabe que el contingente que más crece es el italiano. Antes íbamos, ahora vienen. Vamos y vienen.
Todo esto es bueno. Ya no somos tanto un país de turistas ricos y salarios bajos. O no tanto como otros.
Es cierto que persisten todavía restos de inmigración ilegal. Pero la mayoría de los empresarios turísticos, constructores y contratadores de mano de obra agraria para las cosechas de Lleida y Tarragona trabajan con contratos legales y correctamente.
Lo que preocupa de la pujanza de la economía española, de las que más crece en Europa, es su tipología: construcción y turismo muy primordialmente. Es un crecimiento demasiado concentrado, una especie de monocultivo.
En cambio, es chocante, y no es malo, que operen una variedad de empresas en sectores muy caros en investigación, como el farmacéutico. La inversión de esas empresas en investigación es elevadísima. Uno de cada 100 ensayos da resultado.

Política

“Montilla avisa de que utilizará a sus diputados en el Congreso”.
Otra buena noticia. En política hay modos, hay reglas de cortesía. Pero la dureza de los enfrentamientos, por ejemplo en parlamentos como el británico – – eso sí, siempre cubiertos por un manto de humor o de ironía – – no deja lugar a dudas: en política, como en economía, y a veces aún más, hay que ir a por todas. Los diputados representan intereses legítimos de los ciudadanos y no pueden sacrificar esos intereses en aras de la comodidad o del compañerismo entre los políticos, que existe y es bueno si está basado en el respeto intelectual, pero no puede perjudicar a los representados en beneficio de la armonía entre los representantes.
Un grupo socialista en el Congreso de los Diputados, como el grupo de la Entesa en el Senado, es una buena noticias.
El PSC tuvo grupo propio en Madrid hasta el golpe de Estado de 1981. Después del golpe se resignó. Luego vino el caso Banca Catalana. Y una manifestación en Barcelona contra el Gobierno de Madrid, en la cual al PSC se le dijo de todo en la calle. Más tarde, las escuchas telefónicas. Y los casos Conde y De la Rosa. Y la defenestración de Narcís Serra, vicepresidente del Gobierno español. Cuántas cosas.
La historia de esos años está por hacer. A los chicos y chicas en la escuela no sé si se les cuenta todo. O, al menos, algo.
El grupo socialista catalán en el Congreso existió, dejó de existir por causas extraordinariamente anómalas y ahora debe volver a existir.
Del mismo modo que el Área Metropolitana de Barcelona, eliminada por el president Jordi Pujol en 1987, cuando la señora Thatcher suprimió el Gran Consejo de Londres, debería volver a existir (como ha vuelto a existir el GLC) si los alcaldes lo quieren. La nueva división regional de Catalunya en vegueries podría brindar la ocasión.
La ley electoral no puede ser tan desproporcionada. Lo fue a petición de Suárez la disposición transitoria del Estatut de 1979, que, de hecho, aún está vigente, pero ahora no tiene sentido.
Algunos lectores sabrán que no creo en el sistema electoral de listas cerradas y bloqueadas, y sí en las elecciones primarias a la americana. A grandes espacios, grandes partidos. Y a grandes partidos corresponden tendencias y preferencias diversas. Estamos en Europa, y en Europa va a haber a la larga dos grandes partidos. No más. Digo partidos grandes, con corrientes internas.
Y, del mismo modo, creo que grupos como Ciutadans pel Canvi, coaligados con el PSC, pueden hacer valer sus propias opiniones en el Parlament. Se gana en riqueza de matices y en vivacidad, se pierde una cierta comodidad y el resultado neto es positivo. Hay cinco ciutadans en el Parlament, cuando la mayoría son 68 y el tripartito (incluyéndoles) suma 70.
Todo esto serían buenas noticias. Y aún otra: el alcalde de Barcelona saca más policía a la calle a patrullar.

Malas noticias

1)Mas quiere ir al notario para firmar que gobernará el partido que gane las elecciones: ¿otra vez?
2) La cola de los pasaportes en la comisaría de Balmes – Travessera de Gràcia llega desde esta calle hasta la Diagonal de Barcelona. Más de 100 metros. Es el pico de la temporada. Pero pasa cada año. También las colas delante de la Delegación del Gobierno tienen picos.
Los grandes almacenes ya hace tiempo que decidieron hacer rebajas en julio y en enero y, por lo tanto, aumentaron el personal en esas fechas. ¿Por qué la policía no debería hacer lo mismo? Seguro que lo hace, pero no lo suficiente.

*Expresidente de la Generalitat

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