La Guardia Civil libera a cuatro «esclavas» sexuales en Arteixo

La Voz de Galicia, la voz, 12-07-2007

Agentes del Servicio de Atención a la Mujer y el Menor (Emune) de la Guardia Civil de A Coruña liberaron hace unos días a cuatro jóvenes brasileñas retenidas contra su voluntad en un piso franco del concello coruñés de Arteixo, donde eran obligadas a prostituirse. El operativo culminó con la imputación de otras tres mujeres de este país y una cuarta portuguesa por un supuesto delito de inducción a la prostitución. Al parecer, estas últimas se dedicaban a la captación de chicas en Brasil para traerlas a España, donde deberían luego practicar el sexo a cambio de dinero.


El juez decretó la libertad con cargos de las cuatro detenidas y la retención del pasaporte de la cabecilla de la trama, R.M.R., de 45 años y nacionalidad brasileña. La Guardia Civil no descarta la realización de nuevos arrestos relacionados con el caso.

Las mujeres liberadas eran totalmente conscientes del trabajo que deberían realizar al otro lado del Atlántico en el momento en el que fueron reclutadas, según explicaron fuentes próximas a la investigación. Lo que desconocían eran las condiciones en las que deberían hacerlo, ya que en lugar de ganar ingentes cantidades de dinero como solían prometerles, tenían que trabajar gratis.


Estado de salud


Las víctimas vivían hacinadas en un piso alquilado ubicado en el lugar de Pastoriza, un área en la que al parecer hay más de un inmueble en el que viven mujeres dedicadas a ese tipo de labores. En la misma vivienda, las chicas también tenían que ofrecer sus servicios a los clientes. En el momento de la liberación de estas «esclavas» sexuales, los agentes del Emune también pudieron constatar el estado de malnutrición en el que se encontraban las jóvenes, que incluso llegaron a comer una única vez al día.


La inserción de anuncios en la prensa en los que aparecía un número de teléfono móvil era la fórmula con la que la responsable de la trama contactaba con los clientes. Ella era la encargada de formalizar las citas y elaborar la agenda de las muchachas. Para evitar fugas o denuncias, la madame amenazaba a las chicas con atentar contra sus familias, a la vez que retenía sus pasaportes y pertenencias.

Como es habitual, tal y como explicaron desde la propia Guardia Civil, las víctimas que carecían de dinero al abandonar su país de origen tenían que abonar a la responsable de la trama los gastos del pasaje, una deuda que iba aumentando poco a poco a medida que la madame engrosaba la lista de gastos de manutención y alojamiento. Una vez liberadas, las jóvenes fueron trasladadas a un piso de acogida en A Coruña, donde esperan que Extranjería legalice su estancia en España o, por el contrario, decida el viaje de vuelta a su país de origen.

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