Mata a su ex mujer en Melilla un mes después de cumplir condena por maltrato
ABC, 11-07-2007CARMEN ECHARRI/S. N.
MELILLA/MURCIA. Ni una semana de tregua. Ayer, día en que se hicieron públicos los datos de maltrato del primer trimestre, dos mujeres murieron asesinadas por sus ex parejas. Una apuñalada y la otra degollada. Las dos se habían refugiado de sus maltratadores, pero a ninguna le sirvió para seguir viva. La lista negra asciende ya a 42 víctimas y se investigan otros cinco casos, según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
«No paró hasta matarla, en cuanto la vio, se lanzó hacia ella y comenzó a apuñalarla, todo fue rápido». Así narraba un joven melillense la escena del primer crimen de ayer en una carnicería situada en la calle García Cabrelles de Melilla. Era una marroquí con tarjeta de residencia en Melilla, de 47 años, llamada A.A., que se encontraba acogida en un piso tutelado por Cruz Roja, después de que hubiera denunciado malos tratos continuados de su marido, un marroquí de 65 años llamado A.S.
Aquella denuncia acabó con el individuo en prisión – ha estado encarcelado durante dos años en la prisión salmantina de Topas, de donde salió el pasado 9 de junio – . El juez lo había expulsado a Marruecos y la víctima tenía una orden de protección en vigor.
Controles deficitarios
Los deficitarios controles fronterizos posibilitaron la entrada en Melilla del agresor en la mañana de ayer y la materialización de una vieja promesa, la de acabar con la vida de quien fuera su pareja y madre de dos hijos.
No está claro del todo si la víctima había rechazado el teléfono de localización que le había ofrecido la Delegación del Gobierno, o por el contrario no lo llevaba en el momento de la agresión, pero sí disponía del número de su agente protector adscrito a la UPAP de la Policía Nacional.
De nada le sirvió, ya que el ataque de su ex pareja fue tan rápido que ni siquiera la presencia de unos policías locales sirvió para frenarlo. La víctima había sido avisada de la excarcelación de su pareja y de hecho había mostrado su temor a que pudiera agredirla. Por ese motivo, había ingresado junto a sus hijos en una casa de acogida de Cruz Roja. Ayer, salió a comprar y ese fue el momento que aprovechó el asesino para matarla. Le asestó seis puñaladas efectuadas con un cuchillo de 20 centímetros de hoja en distintas partes del cuerpo en la carnicería a la que había acudido pasadas las doce del mediodía.
Un agente de la Benemérita que se encontraba de paisano fue el autor de la detención del presunto asesino. A continuación recibió apoyo de agentes de la Policía Local. El detenido ha sido puesto a disposición del juzgado de instrucción número 4 de Melilla.
La viceconsejera de la Mujer de Melilla, Mercedes Espinosa, lamentó esta nueva tragedia, ya que se habían tomado «todas las precauciones» ante el «peligro» que suponía la salida de la cárcel del maltratador.
El segundo caso se produjo horas después en Jumilla (Murcia). Allí, David S., de 29 años, llamó pasadas las seis y media de la tarde al teléfono de emergencias para pedir una ambulancia. Acababa de matar a su mujer en la vivienda que compartieron hasta su separación.
El servicio de emergencias envió una unidad medicalizada, pero el médico nada pudo hacer por la víctima, María Ángeles G., de 30 años, que presentaba un profundo corte de arma blanca en el cuello. El homicida, presidente del club de buceo local, fue detenido.
No era la primera vez. El pasado enero había sido arrestado tras una denuncia por malos tratos, aunque no había orden de alejamiento, según fuentes municipales. Estas fuentes explicaron a Efe que el individuo había viajado desde Málaga, donde residía, para visitar a sus dos hijas, una de tres años y la otra un bebé. La pareja se había separado recientemente.
«Ha matado a mamá»
Tras el crimen, ocurrido en el primer piso del número 9 de la avenida de la Libertad, David S. bajó de la vivienda con la niña de tres años en brazos, que lloraba y gritaba desolada «ha matado a mamá», según relató un testigo.
La niña tuvo que ser atendida por psicólogos, mientras que el homicida fue detenido y conducido al cuartel de la Guardia Civil. Varios vecinos relataron que antes del crimen habían oído gritos y una pelea procedente de la vivienda y aseguraron que la pareja discutía con frecuencia antes de la separación.
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