POLÍTICA

Un conseller en patera

Las Provincias, 11-07-2007

CANTE JONDO

Al minuto siguiente de conocer la designación del incombustible Rafael Blasco como conseller de Inmigración y Ciudadanía tuve muy claro, como la mayoría de mis colegas, que ese departamento del nuevo Consell de Francisco Camps iba a dar mucho que hablar y, por tanto, que escribir. No nos equivocamos en el pronóstico, a la pruebas me remito, y sí lo hicieron aquellos que vieron un gesto de castigo hacia Blasco su “envío” a una conselleria de nueva creación que en la anterior legislatura tenía el discreto rango de dirección general dependiente de Bienestar Social.

Blasco es un político de muyyyy largo recorrido y sus recursos para captar la atención, fijar discurso político y marcar a la oposición hasta su hastío parecen proceder de una fuente inagotable. Como me comentó otro conseller, “a Blasco le han dado una patera, él la convertirá en un catamarán de lujo”. Sin comentarios.

Cuando aún no se han cumplido dos semanas desde su nombramiento, Blasco se ha aupado a los titulares de los medios de comunicación con dos gestos que han descolocado a propios y ajenos. En primer lugar, nombrando secretaria autonómica de Inmigración a la profesora, dirigente socialista vasca, azote de Zapatero, miembro del Foro de Ermua y ex asesora de Esperanza Aguirre, Gotzone Mora. En segundo lugar, reclamando públicamente al Gobierno de ZP una legalización de inmigrantes sin papeles –en manifiesta contradicción con la doctrina del PP en esa materia– para evitar que España transmute en un conglomerado de autonomías trufado de guetos por doquier.

La experiencia adquirida por Blasco en su anterior etapa al frente de Bienestar Social le permitirá afinar al máximo las magnitudes con las que va a tener que trabajar desde la Conselleria de Inmigración: el quince por cien de la población que vive en la Comunidad Valenciana es inmigrante y, sólo en Alicante, el veintiuno por cien de los ciudadanos de esta provincia integran dicho colectivo…

La capacidad del conseller de Inmigración para hilvanar un discurso coherente que fije la posición del PP en materia de inmigración no la discuten ni sus detractores, pero eso no será suficiente para coronar con buena nota el trabajo encomendado. Cuando antes de final de año conozcamos el proyecto de Ley de presupuestos para 2008 sabremos, a la vista de las cantidades destinadas a su Conselleria, el margen de maniobra que va a tener Blasco para, además de golpes de efecto articulados a bases de titulares, desplegar una gestión que, como él mismo reclama al gobierno de ZP, contribuya a evitar la generalización de guetos a lo largo y ancho de la Comunitat.

También hay que tener en cuenta que la de Inmigración en una conselleria de las llamadas transversales, porque su gestión afecta a otros departamentos como Sanidad, Educación y Bienestar Social. Habrá que esperar a ver cómo el estilo del vicepresidente del área social del Consell, Juan Cotino, es asumido de buen talante o a regañadientes por los consellers afectados, y muy especialmente por el propio Blasco. Él, precisamente él, fue quien siempre defendió la idea de una macroconselleria que integrara la gestión de todas las políticas sociales. Camps, a su manera, le ha hecho caso, aunque no ha puesto en sus manos tamaña responsabilidad. No parece importarle a Blasco. Él sabe que lo suyo, en Francia, es ya un Ministerio, y uno de los más importantes a la vista de cómo Nicolas Sarkozy utilizó su creación durante la campaña de los comicios presidenciales como promesa/producto electoral.

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