EDITORIAL: Catalunya necesita traer médicos

El Periodico, 10-07-2007

Cuesta encontrar médicos para el sector público en varias comunidades autónomas españolas a pesar de que la proporción de 3,8 facultativos por cada 1.000 habitantes supera la media de la
OCDE (3,4). Los motivos son muy diversos. La sociedad española ha evolucionado rápidamente, el censo ha crecido – – con el consabido impacto de la inmigración – – , el propio sistema sanitario – – prestación de nuevos servicios – – se ha disparado y sectores como la informática, las telecomunicaciones y las ciencias empresariales han multiplicado exponencialmente su oferta de trabajo y han desplazado a la medicina como una de las carreras socialmente más reconocidas.
A este marco de referencia hay que añadir las condiciones laborales que aguardan a los nuevos titulados, para los que el acceso al sector privado presenta pocas dificultades y la emigración a países vecinos resulta atractiva por la perspectiva de una mejor remuneración. Se trata de una situación que se agravará en los próximos 10 años, cuando se jubile el grueso de los médicos que empezaron a ejercer en los años 70. En consecuencia, es urgente revisar la retribución y la senda profesional que debe seguir un joven médico hasta asentarse en la profesión. Y también es preciso revisar la distribución de profesionales en el mapa sanitario español, habida cuenta de que, según todos los indicios, la falta de especialistas se registra sobre todo fuera de las grandes ciudades, donde cabe hablar a veces de superávit.
Mientras tanto, como han hecho otros países europeos, Catalunya ha optado por importar médicos extranjeros: de los países latinoamericanos, en primera instancia, por razones obvias de proximidad cultural, y de Polonia en un futuro inmediato. La medida es comprensible dentro de la realidad general de mundialización de los mercados y de consolidación de la UE, y en buena lógica deberemos acostumbrarnos al hecho de que la inmigración no es patrimonio exclusivo de actividades poco cualificadas. En la actualidad, el 15% de los médicos de Catalunya son extranjeros.
Pero hay que asegurar los controles de calidad de la práctica profesional y facilitar a los médicos extranjeros programas de formación que faciliten su adaptación al sistema sanitario local y el dominio de los idiomas de los lugares donde deben ejercer. Los pacientes necesitan tanto el conocimiento técnico como la buena comunicación con el médico.

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