La víctima sufrió la rotura de un brazo y está en tratamiento psicológico Los agentes declaran en el juzgado que el arrestado se puso muy violento Uno de los primeros casos de malos tratos detectados en la polémica comisaría central de Barcelona de los Mossos d’Esquadra fue el de un joven senegalés al que rompieron el brazo izquierdo por tres puntos diferentes, entre otras lesiones. El juez que investiga lo sucedido tomó ayer declaración a seis de los siete agentes imputados en la causa. Los policías negaron que apalearan al arrestado y justificaron las heridas que presentaba asegurando que se puso muy violento y tuvieron que reducirle.La denuncia de la víctima, adelantada por este diario el mes pasado, señala que, tras ser detenido por un asunto de drogas, fue conducido a la comisaría de Travessera de Les Corts. Cuando era trasladado a una celda, y tras pedir un vaso de agua – según su versión – , entre seis y ocho policías le golpearon. Este ciudadano senegalés declaró que estando esposado le pusieron boca abajo y le dieron puñetazos y patadas.El titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona tomó ayer declaración a seis de los policías, mientras que un séptimo imputado ya fue interrogado hace días. Todos ellos coincidieron en señalar que el arrestado se puso muy agresivo y, por ello, tuvieron que entrar en la celda para reducirle.La mayor dificultad con la que se ha encontrado el juez que investiga los hechos se centra en la identificación de los policías que supuestamente apalearon a la víctima después de que hubiera sido detenida por un asunto de drogas el 27 de abril de 2006. De hecho, el magistrado ha ordenado diversas ruedas de reconocimiento entre los policías para que la víctima pudiera identificar a los agentes que supuestamente le agredieron. En los próximos días, declararán diversos testigos que estaban presentes en las dependencias policiales el día de los hechos.La denuncia fue admitida a trámite a finales del pasado año, siete meses después de los hechos. El motivo del retraso fue que el joven tuvo antes que dar cuenta de los cargos que los agentes le imputaban por hechos relacionados con el tráfico de drogas. Además, después de que la víctima relatara lo sucedido durante la detención, se planteó una cuestión de competencia entre dos juzgados que habían intervenido en diferentes momentos y que tardó semanas en resolverse. La denuncia fue posteriormente secundada por una queja de la organización SOS Racismo, que le prestó asesoramiento a través del centro Exil, de asistencia a inmigrantes. Lo sucedido también llegó hasta el síndic de Greuges, Rafael Ribó, que no intervino porque ya se habían abierto diligencias judiciales y su protocolo de actuación le impide tomar parte en esta situación.En el mismo sentido, la división de Asuntos Internos de los Mossos espera conocer el resultado de la actuación del juez para proceder a la suspensión de empleo y sueldo de los responsables de los hechos en caso de condena, ya que la investigación que iniciaron quedó interrumpida al abrirse diligencias judiciales.Además de este caso, al menos cinco juzgados de la capital catalana investigan otras tantas denuncias o querellas por malos tratos o lesiones a detenidos interpuestas contra los Mossos d’Esquadra en los últimos meses. En todos estos casos, las víctimas fueron presuntamente golpeadas en la comisaría de Les Corts. Las vejaciones más polémicas fueron registradas por una cámara oculta colocada por la división de Asuntos Internos en la sala de cacheos de las dependencias policiales después de que se acumularan denuncias por malos tratos. Incluso algunos agentes alertaron de la mala praxis de algunos compañeros. Las imágenes de cuatro policías reduciendo violentamente a un detenido y de una mossa abofeteando a una joven esposada ya han dado prácticamente la vuelta al mundo.El caso de este ciudadano, que sigue tratamiento psicológico desde que fue supuestamente apaleado, fue una de las denuncias que llevaron al Departamento de Interior de la Generalitat a tomar medidas en esta comisaría.@FIRMA:NANDO GARCIA