Migrantes estuvieron de soldados en Líbano

El Universo, Patricia Villarruel, 09-07-2007

| MADRID

Integran el Ejército español y estuvieron en un ataque donde murieron 6 soldados.

Con los rostros felices, tres de una decena de ecuatorianos integrantes del contingente español abrazaron a sus seres queridos a su retorno de una misión en Líbano, donde fueron testigos de un ataque en el que murieron seis compañeros, tres de ellos colombianos.

La respuesta al halo de desesperanza que ayer escondía el rostro de William Arévalo hay que buscarla en el Líbano. La tarde del domingo 24 de junio, el quiteño de 24 años iba a bordo del blindado que precedía al que fue atacado por una célula cercana a Al Qaeda. Perdió a seis compañeros, tres portaban pasaporte colombiano. Vivió en primera persona el atentado contra los cascos azules de la ONU que se desplegaron en la zona tras la guerra entre Israel y la milicia chií Hezbolá.

El relato no sale de su boca. Es su madre, Manuela Morales, la encargada de desgranar con detalle los minutos más difíciles que el joven vivió como parte de la Brigada Multinacional Libre Hidalgo II que controla el sector Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano (Finul).

Ese mal día de junio, los soldados solo dispusieron de 2 minutos para comunicar a sus familiares que se encontraban “sanos y salvos”. “Me dijo ‘estoy bien’ pero, por su voz, se notaba que estaba angustiado y muy asustado”, dice la inmigrante.

A William la “ilusión” de convertirse en militar le persiguió desde niño. “Consiguió los papeles y sin decirme nada se presentó a las pruebas.
Luego, lo seleccionaron”, añade. Desde entonces, Manuela no ha dejado de llorar en silencio. Ayer lo hizo sin esconderse, abrazada a una bandera ecuatoriana y en medio de la lluvia de aplausos que los familiares dispensaron a los legionarios a su llegada a la terminal 3, del aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Rodrigo Acosta espera repetir la experiencia. Un día decidió abandonar su trabajo como electricista para enrolarse en las Fuerzas Armadas españolas. Desde hace dos años integra la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista Almogávares VI.

Ángel Marcelo Sarango no se enfundó el uniforme por dinero (el sueldo neto de un soldado ronda los 900 euros, $ 1.215) ni aceptó ir a Líbano por las compensaciones económicas que reciben quienes participan en operaciones internacionales.

Por misiones de paz o de carácter humanitario, si el mes tiene 30 días la paga extra asciende a 1.924 euros ($ 2.597); si es de 31, perciben 2.024 euros, ($ 2732). “Esto es vocación y punto”, sentencia. De su paso por la Base Miguel de Cervantes emplazada en la localidad de Marjayoun, al sur del país asiático, guarda el recuerdo del “trabajo en equipo”.

Christian Chanachi, quiteño de 21 años, opina lo mismo, pero su voz se corta cuando le asaltan los recuerdos de las horas que siguieron al atentado. “La moral estaba por los suelos, no lo podíamos creer”, agrega.

Los compatriotas junto a otros 190 cascos azules de la Organización de las Naciones Unidas, que cumplen labores humanitarias, fueron recibidos por familiares y amigos en un ambiente matizado de emociones y alegría de “volverlos a ver sanos y salvos”.

Un nuevo contingente de unos 1.100 militares está listo, de ellos el 2,83% son de origen extranjero. No se conoce el número de ecuatorianos que serán desplazados para los próximos cuatro meses.

Cifras

411
Soldados. Es el total de elementos que regresarán hasta mañana. Ellos tendrán 62 días de vacaciones. De los 4.648 legionarios foráneos, 1.919 nacieron en Ecuador, les siguen los colombianos, con 1.872 enrolados.

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