-LARGAS ESPERAS EN LAS OFICINAS-

Siete horas para tramitar el DNI y el pasaporte

El Mundo, 08-07-2007

MADRID. - A José Antonio, la cara de sueño se le nota hasta con gafas de sol. Lleva desde las 6.00 de la mañana apostado en la puerta de la comisaría de Hortaleza. Reto: coger número para hacerse el pasaporte electrónico. Ha habido suerte. Son las 10.30 y la lista va a llegar al número 20. Él tiene el 45. «Supongo que a la una y media habré pasado», dice con resignación. Más de siete horas de espera. A la cola se suma algún despistado. «¿Esto es para renovar el DNI y el pasaporte?», pregunta una mujer con un niño en brazos. «Pero ya no hay número, señora. Tiene que volver el lunes tempranito», contesta José Antonio.Sin perder la esperanza, la mujer se dirige al interior para contrastar la información. «Querría saber cuándo puedo hacerle el pasaporte a mi hijo». Un policía nacional responde: «Llevamos un mes con estas colas. El lunes van a poner en marcha en Ciudad Lineal más puestos de atención al público. Quizá allí lo tenga más fácil». Las caras de los que escuchan la respuesta pasa de la sorpresa a la indignación. «Aquí estamos de 9.00 horas a 14.00 y de 16.00 a 19.00 de lunes a jueves. Los viernes sólo por la mañana», explica el agente. «Les recomiendo que lleguen con un par de horas de antelación si quieren conseguir número». La escena se repite a las puertas de la mayoría de las oficinas. Como en la de Santa Engracia, la única en la que el orden lo establece la cola. A las 11.00 horas, la fila de gente llega hasta la calle de Caracas. Las papeleras están a rebosar de basura y las ojeras de los presentes advierten que la noche ha sido dura. «La primera persona llegó a las 4.00 de la madrugada», dice un policía que atiende con paciencia y mano izquierda las dudas y reproches de quienes se encuentran con este panorama. Entre las preguntas estrella de la jornada: «¿A qué se deben estas aglomeraciones?». Contesta el mismo agente. «Hay cinco comisarías que están cerradas por obras: Chamartín, Moratalaz, Fuencarral – El Pardo, Los Madrazo y Carabanchel». Sigue llegando gente.Desde la Jefatura Superior de Policía aseguran que el cierre de cinco de los 29 centros de expedición del DNI y el pasaporte se debe a que están siendo adaptados para hacer el carné de identidad digital que comenzará a darse en la comunidad a partir de noviembre. Precisamente mañana, en la comisaría de Ciudad Lineal se abre una nueva oficina para la tramitación de estos documentos. Se encuentra en la calle Virgen de la Alegría, s/n.Para Carlos, que hace la cola con su bebé en brazos, el despertador también sonó el viernes antes de lo habitual. Desde marzo sabía que necesitaba el pasaporte para viajar con su hijo, pero hasta hace dos días no acudió a hacerlo. «Probablemente, si hubiera venido hace cuatro meses no me habría pasado esto». No tiene ni idea de por qué se produce esta situación.Con tanto ir y venir de gente y el cansancio acumulado, a más de uno se le olvida cambiar el ticket del parquímetro a tiempo. A Sonia, que dentro de un par de semanas parte rumbo a Eslovenia, poner la documentación en regla le costó, además de la larga espera, una multa. «Bueno, qué le voy a hacer. Al menos me voy con el pasaporte ya en marcha», comentaba con media sonrisa. A Visitación Ruiz, 26 años y con una oposición entre manos, perder tantas horas en la fila no le ha hecho ninguna gracia. Pasadas las 12.15 salía de la oficina. «Ya está hecho». Llegó a las 7.00 horas a Santa Engracia. «He hecho amigos en la cola y todo». Hasta en tres ocasiones había intentado hacer los trámites: «Es increíble. Es impresentable».En la espera, cualquier distracción se agradece. Los hay que eligen el sudoku, los periódicos e incluso quien tira de guía de viaje para olvidarse del trámite previo a iniciar las ansiadas vacaciones. «Esto no hay quien lo soporte», se queja Puri, que guarda el turno a su hija mayor. «Está trabajando y va a tener que pedir unas horas en la oficina. Yo ya le he dicho que, por lo menos, me quedan cuatro horas». Con cerca de 70 años, ha cogido un hueco en un banco. «Yo nunca había visto estas colas para renovar el DNI».Tampoco Esther Sánchez, a quien hace unos días le robaron el bolso con toda la documentación dentro. «Luego dirán que es que dejamos todo para el último día, pero no. No todos los que estamos aquí es por una urgencia para sacarnos el pasaporte». Indignada y a punto de pisar la oficina, planteaba alguna solución. «¿No estamos en la era de Internet? Pues a lo mejor es momento de hacer algunos de estos trámites por la red». Sabía que le iba a tocar emplear unas cuantas horas en las gestiones. «No me parecía correcto esperar a septiembre y pasar tres meses indocumentada».Enrique se dio el madrugón en Pozuelo. Allí no cogió cita. «A las 9.00 se dan los 60 números del día y punto». Optó por bajar a Santa Engracia – 17 de las 29 oficinas se encuentran en la capital – . «Había gente durmiendo desde la noche anterior». Se ha comprado una silla de playa en una tienda cercana «por 30 euros». Son las 12.00. «Nos han dicho que, con un poco de suerte, pasamos a las seis o seis y media de la tarde, pero garantías no tenemos ninguna». Las altas temperaturas tampoco echan una mano.Desde la Jefatura Superior de Policía también mencionan como posibles causas de esta situación el hecho de que mucha gente espera al último momento para hacer los trámites antes de las vacaciones y que las familias que tienen que arreglar la documentación de los más pequeños esperan a que acaben los colegios para hacerlo.Pero no sólo los que quieren renovar el DNI o el pasaporte se tienen que armar de paciencia estos días. La misma imagen se da en la sede de la Comisaría General de Extranjería y Documentación, en la calle del General Pardiñas. Las vallas amarillas situadas frente al edificio ayudan a mantener un orden. Mientras algunos dan una cabezada en el suelo, otros aprovechan para hacerlo en el coche. Aquí el turno lo guardan sobre todo trabajadores inmigrantes que hacen los trámites de la tarjeta de residencia y estudiantes extranjeros que necesitan certificados. Hasta ocho horas se pueden tardar en la misión. «Yo llegué de madrugada y van a ser las dos de la tarde», dice Gladys, ecuatoriana que lleva cuatro meses en España, mientras mira el reloj. Ha venido sola y no tiene saldo en el teléfono móvil para decir en casa que sigue en la cola. «No se lo van a creer cuando lo cuente».@FIRMA:AMAYA GARCIA

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