Brown endurece los controles para los inmigrantes cualificados

La detención de los ´doctores terroristas´ alerta del nuevo fenómeno

La Vanguardia, , 05-07-2007

Los profesionales extranjeros cualificados se van a enfrentar a una montaña todavía mayor de burocracia antes de conseguir el permiso para residir y trabajar en el Reino Unido, en vista de la alarma causada por el hecho de que los sospechosos de los atentados de Glasgow y Londres pertenecieran a la sanidad pública británica.

RAFAEL RAMOSLONDRES

Los patrones de trabajadores extranjeros tendrán la responsabilidad de comprobar su identidad y antecedentes
- El nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, ha anunciado controles más estrictos para la inmigración cualificada, como médicos y otros profesionales, en respuesta a la alarma generalizada a raíz de que los ocho detenidos en relación con los atentados de Glasgow y Londres estuvieran vinculados con la sanidad pública del Reino Unido.

Brown, en su primera sesión de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes, explicó que a partir de ahora las empresas o entidades que contraten a los trabajadores extranjeros – en el caso de los médicos, el National Health Service (NHS)- tendrán la responsabilidad de efectuar comprobaciones mucho más severas sobre su identidad y antecedentes. El Gobierno, por su parte, incrementará la coordinación con otros países.

Las autoridades redujeron ayer el grado de alerta de crítico a severo, dándose por satisfechas de que todos los elementos principales de la célula terrorista que colocó los coches bomba en Piccadilly y estrelló un 4×4 contra la principal terminal del aeropuerto de Glasgow ya han sido detenidos o no están en condiciones de perpetrar un golpe, y por tanto la amenaza no es “inminente”.

La teoría de los investigadores de Scotland Yard es que Al Qaeda consiguió infiltrar en Gran Bretaña a un médico – probablemente Mohammed Asha, el palestino nacido en Arabia Saudí y con pasaporte jordano que trabajaba en el hospital de Stoke on Trent- con la misión de reclutar dentro de la sanidad pública a otros personas islamistas radicalizadas hasta el punto de estar dispuestas a morir y matar.

Por un lado resulta “muy preocupante”, según fuentes de la unidad antiterrorista de la policía, que Al Qaeda haya conseguido infiltrar operativos en el corazón mismo de la sanidad pública, y que pretenda importar a este país la táctica de los coches bomba tan extendida en Iraq. Pero por otro, celebra que los autores de los atentados no figurasen entre la elite de “dinamiteros” y cometieran “fallos técnicos elementales” que impidieron la detonación a distancia de los artefactos. También ha proporcionado una cierta tranquilidad saber que los responsables de las acciones, al contrario que en el 7-J, no son jóvenes británicos radicalizados.

La ministra del Interior, Jacqui Smith, dio ayer por cerrada la “primera fase de la investigación” y sugirió que la operación de caza y captura de todos los miembros de la célula que atentó durante el pasado fin de semana en Londres y Glasgow ha concluido con la detención de una octava persona (también médico) en Brisbane, Australia. La pista que llevó hasta las antípodas fueron las llamadas telefónicas realizadas desde los móviles abandonados en los coches que no estallaron.

“Es importante que el resto del mundo entienda que Gran Bretaña va a permanecer unida y fuerte en la lucha contra el terrorismo”, proclamó el primer ministro Gordon Brown en su primer duelo dialéctico con el líder tory David Cameron en la Cámara de los Comunes.

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