Tres de cada diez matrimonios gays tienen al menos un cónyuge extranjero

ABC, 04-07-2007

J. F. C.

MADRID. Tres de cada diez matrimonios homosexuales que se celebraron en España durante el año 2006 tuvieron, al menos, un protagonista de nacionalidad extranjera. Así se desprende de los datos provisionales incluidos en el Movimiento Natural de la Población, hecho público ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

Pese a la algarabía del Gobierno socialista cuando consiguió el apoyo mayoritario del Parlamento a su ley, el respaldo de la ciudadanía es absolutamente menor en comparación con las expectativas que se crearon desde el PSOE. Lo dicen las cifras. Tanto ruido para que, ya con la ley consolidada, sólo dos de cada cien matrimonios sean de carácter homosexual, y eso gracias a las personas de nacionalidad extranjera, puesto que en 1.393 de los 4.574 enlaces al menos una de las figuras protagonistas no era nacida en España.

Por otra parte, también es cierto que la institución del matrimonio, ya sea civil o religioso, está en crisis, o en una situación peor, según los datos facilitados por el INE, con una tasa de nupcialidad (número de matrimonios por cada mil habitantes) de 4,70, el peor dato conocido en toda la historia.

Y eso que el número de matrimonios celebrados durante 2006 creció con respecto al año anterior: 211.818 por 209.415. Si les damos la división por tipo de matrimonios nos podremos hacer una idea mejor de la situación en España. Esos 211.818 enlaces pueden ser divididos de la siguiente manera. Enlace entre nacionales heterosexuales: 174.653. Nacionales homosexuales: 3.181. Al menos uno de los cónyuges extranjero, heterosexuales: 32.591, Al menos uno de los cónyuges extranjero, homosexuales: 1.393.

En mejor situación se encuentra nuestro país si hablamos de nacimientos, con el número de recién nacidos más importante de los últimos veinte años, y una influencia cada vez superior de la inmigración: uno de cada seis llegados al mundo durante 2006 fue de madre extranjera. De los 481.102 nacimientos, 401.933 fueron de madre española, y 79.169 de madre extranjera, con un incremento en este caso superior al 12 por ciento con respecto al año pasado. Según informa el INE, «las mujeres con nacionalidad marroquí fueron las que más hijos tuvieron, con 17.205, seguidas de las ecuatorianas (8.999), rumanas (8.666), colombianas (4.723) y bolivianas (4.165)».

Significados especiales

Después de la crisis vivida al comienzo del siglo XXI, al menos las mujeres españolas mantienen un incremento positivo de nacimientos año tras año, hasta superar por fin la barrera de los 400.000, aunque el incremento medio de los últimos diez años es inferior al 2 por ciento, cuando en el caso de las madres extranjeras es superior al 50 por ciento anual. Las cifras son claras: 350.794 nacimientos de madre española en 1996 por 401.933 en 2006 y un crecimiento total del 14,5 por ciento. De madre extranjera, 11.832 nacimientos en 1996 por 79.169 en 2006, y un crecimiento total del 559 por ciento.

En general, todos los datos facilitados por el INE este año son bastante significativos. El número de matrimonios frena la caída iniciada en 2004, pero eso no impide que la tasa de nupcialidad se convierta en la más baja. De los nacimientos, sus números recuerdan a otros que no habían vuelto a verse desde principios de los años ochenta, cuando nacían más de medio millón de niños y niñas uno tras otro año. También se rompe el alza en la cifra de defunciones que había comenzado el año pasado.

Estos datos iniciales provocan una noticia feliz, y es que en 2006 se produjo el mayor crecimiento vegetativo de los últimos veinte años, aunque la situación sea desigual y algunas comunidades mantengan un signo negativo. La diferencia entre nacimientos (481.102) y defunciones (371.267) fue de 109.835. Eso sí, cinco comunidades se encuentran en números rojos: Galicia, Castilla y León, Asturias, Aragón y Cantabria. Y el saldo positivo corresponde, principalmente, a las regiones con mayor número de habitantes: Andalucía, Comunidad de Madrid y Cataluña.

La tasa de natalidad (no como en la nupcialidad y los matrimonios) va de la mano de los nacimientos, y se convierte en la más alta también de los últimos 20 años, acentuando el ascenso vivido desde 1999. Y en el caso de la tasa de mortalidad (defunciones por cada mil habitantes), una situación similar, al ser la más baja desde la década de los ochenta.

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