El Gobierno repatria en seis meses a más de 25.000 inmigrantes

El Mundo, VIRGINIA CASADO, 04-07-2007

La secretaria de Estado de Inmigración alerta en BCN de la «escalada mundial» de este fenómeno La lucha gubernamental contra la inmigración clandestina parece haber dado sus frutos. En lo que va de año, más de 25.000 inmigrantes que habían entrado en España de forma ilegal han sido repatriados a sus respectivos países. Una cifra que muestra la intención del Gobierno de encarar esta problemática «sin complejos», como afirmó ayer la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, en la VI Jornada de reflexión sobre la juventud inmigrante, empresa y sociedad que tuvo lugar en el IESE Business School de Barcelona y en la que también participó el ex president de la Generalitat Pasqual Maragall.


Una vez que el siempre candente tema de la inmigración se expuso a debate, Rumí destacó que la llegada irregular de inmigrantes se ha convertido en una profunda cicatriz social, una «gran lacra» que tiene a los propios sin papeles «como principales víctimas».Y es que esta delicada situación parece ir en aumento en la mayoría de países desarrollados. Rumí alertó en su intervención de que vivimos el inicio de «una escalada mundial» en el fenómeno de la inmigración.


A pesar de este futuro poco prometedor, Rumí aseguró que «se están repatriando más inmigrantes que nunca» sobre todo a aquellos países en los que «nunca se había hecho», gracias al refuerzo de los sistemas de control fronterizos y costeros así como a la cooperación con otros países. La secretaria puso como ejemplo Gambia y Mauritania, además de Marruecos, país cuyas repatriaciones – a las 24 o 48 horas de la llegada del inmigrante a nuestro país – tienen «efectos pedagógicos importantes».


Para la secretaria de Estado, no obstante, el esfuerzo en el control policial no es suficiente para superar este lance. La «integración social» por parte de toda la sociedad civil es indispensable para que, en unos años, España no se encuentre de cara con problemas sociales semejantes a los sufridos en las banlieues de París hace unos meses.


Por su parte, Pasqual Maragall recordó que Barcelona es, después de París, la ciudad más densa de Europa a causa del gran número de extranjeros que para «su salvación personal» deciden abandonar su tierra y probar suerte en la capital catalana. Asimismo, añadió que muchos «ciudadanos autóctonos de ciudades como Terrassa» abandonan sus barrios a causa de la creciente densidad de población inmigrante.


Ante esto, Maragall abogó como solución erradicar la proliferación de «suburbios» en las ciudades. En este sentido, el ex president argumentó que algunas «sociedades débiles son incapaces de convivir con otras más desarrolladas», pero que, también, muchas ciudades del Primer Mundo deben asumir «la diversidad creciente» que existe en sus calles.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)