Ocio / Música
Veneno del bueno
El Mundo, , 03-07-2007Antonio Carmona abrió anoche Los Veranos de la Villa con el antiguo cuartel abarrotado, una actuación llena de energía y algún guiño a Ketama, su ex grupo, que quiso acompañarle al igual que La Mala Rodríguez y Miguel Poveda Criado entre el Candela y Rock Ola – Sabina dixit – , Antonio Carmona puso ojo y oído en Camarón e hizo propia su fórmula para convertir en mercurio la frontera que delimita lo jondo y lo pop, hallazgo filosofal que catapultó a Ketama durante más de dos décadas como grupo de referencia dentro del circuito del denominado flamenco fusión. Eso hasta que hace dos años, sorpresa: las fuerzas se aflojaron y este miembro de la saga Habichuela decidió intentarlo por su cuenta, sin las guitarras de su hermano Juan ni su primo Josemi, a uno y otro flanco.
Vengo venenoso, el primer disco que firma en solitario, devuelve a los escenarios a un intérprete nacido en Granada en 1965, gitano de perfil apache – presume de ser el único de su raza en tirarse en paracaídas – , pionero del cajón en los tablaos, actor en ocasiones, loco del mus y, en fin, uno de esos tipos buenasombra del ramo. Tanto que Alejandro Sanz, La Mala y Juanes no se lo pensaron dos veces a la hora de meterse con él en el estudio y darle, en su estreno, un achuchón de confianza.
A fe que debió resultar gratificante/estimulante. Pletórico se mostró en la inauguración de Los Veranos de la Villa en el patio del Cuartel del Conde Duque. Fue un redebut a lo grande, como si nunca hubiese abierto un paréntesis en su carrera, arropado por un lleno casi total (2.400 asistentes, entre ellos Diego el Cigala, Lolita y Rosario Flores) y sobrado de fuerzas.
Como meciéndose, con pasos de bolero, traje negro y camisa blanca, se presentó Carmona sobre el escenario. Sonaban ritmos importados de Oriente pero el estribillo «soy como la lluvia, que viene y se acuerda de ti, y a veces desaparece, sin mí no puedes vivir» ya puso a batir las palmas. «Buenas noches, Madrid. Hace mucho tiempo que no digo esto», saludó el protagonista de la velada, que no escatimó en gestos y en guiños a sus músicos en la tarima. Se veía con ganas a quien hipnotizó al mundo con voz a medio rasgar y canciones como la rumba No estamos locos o el rap Toma Ketama.
En 1, 2 y 3, los versos con los que disipó la melancolía propia de la separación («Volver a empezar. La vida va pasando y todo sigue igual. Qué importa lo que pudo ser y no será. Yo sigo aquí tranquilo, cantando al compás») apareció su vertiente más íntima, más de verdad.
Había insistido el artista durante la promoción en que los 10 cortes de su álbum, producido por el argentino Gustavo Santaolalla, Oscar por la banda sonora de Brokeback Mountain, son «muy visuales». Por si quedaban dudas en la interpretación de Lucía («Mi hija Lucía Fernanda se ha ido de campamento 15 días y lo llevo fatal») estuvo acompañada por imágenes con apariencia de vídeo casero en una pantalla gigante.
Y en esto apareció La Mala, vestido inmaculado, para ponerle aún más flow latino al asunto con Ay de ti, un rap de amor roto que regaló a los espectadores el momento de mayor complicidad del concierto.
«Dedicada a las mujeres » e insistiendo en los ritmos mestizos marca de la casa, percusión juguetona y guitarra de vocación hippie, atacó Se amarra el pelo. Justo ahí se fue el sonido y relampagueó un dejà vu: alguien se acordó del corte que sufrió Estrella Morente no hace tanto. Carmona entonces se quitó la chaqueta, se marcó unos bailes y se retiró brevemente mientras el patio de butacas intentaba acompañar al cante y la grada zapateaba por bulerías. «Hay que esperar dos minutos que esto se ha ido. Me tiene que pasar a mí, ay Dios mío, enseguida estamos con vosotros», regresó Carmona.
Solventados los problemas, emergió esa electricidad rock con la que ha querido desmarcarse un tanto del más atemperado sello Ketama. A veces funky, bluesera y rocanrolera a ratos, Hay veces aportó velocidad al desmarque. Con su anterior formación quizá él nunca se hubiera atrevido a apostar por la contundencia.
Fue una falsa alarma: la puerta de su banda de toda la vida parece seguir entreabierta. Lo confirmó la presencia de otro invitado: el propio Josemi Carmona. Con abrazo previo, se agarró a las cuerdas y puso el recinto boca abajo con El problema, otro himno del repertorio ketamista.
Carmona entendió su reaparición a la manera de un guión perfecto: alternó las llamadas de atención con mensaje social y los cariñitos a su entorno. A la gente desfavorecida dedicó Para que tú no llores. Allí no estaba Alejandro Sanz, segunda voz del single de lanzamiento de Vengo venenoso. No importó. Por sorpresa se dejó caer «un cuco», en palabras del anfitrión, del género con más duende: Miguel Poveda. El «no pierdas la esperanza, sé que llegará…» del coro se escuchó con más alegría que nunca.
Una oleada de optimismo refrescó el recinto con Viviré. Tan agustito se pudo ver a Carmona en un vídeoclip que emitía el monitor. Se aproximaba, qué remedio, el fin de fiesta, generoso en pólvora y con la tercera pata de Ketama, Juan Carmona, también presente. Se dejaba llevar y Vente pa Madrid acabaron por redondear la noche.
OTRAS CITAS DE JULIO EN EL CONDE DUQUE
1 Julieta Venegas. La Frida Kahlo del pop – rock, contra el calor con ‘Limón y sal’. Hoy. 28 – 32 .
2 Alpha Blondy & The Solar Sistem. Aromas ‘reggae’ y ecos panafricanos. Lunes 9. 25 – 33 .
3 Paulina Rubio. ‘El Huracán mexicano’ vuelve después de su luna de miel. Jueves 12. 26 – 32 .
3 Antonio Vega. Acompañado o solo, el ‘chico de ayer’ sigue de actualidad. Sábado 14. 20 – 24
3 Michael Nyman y Orquesta Chekara de Tetuán. El ‘piano man’ por excelencia rememora Al Andalus. Domingo 15. 30 – 36
3 Diego El Cigala. Esta vez con ‘Dos lágrimas’, pero ni negras ni picassianas. Martes 24. 25 – 35
3 Bebo y Chucho Valdés. ¡Por 1ª vez juntos! Jueves 26. 28 – 40
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