Un estudio del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) propone que se facilite la obtención de los permisos de trabajo o de residencia permanente a los padres de los jóvenes y adolescentes inmigrantes que vivan en España y que tengan un buen currículo académico.

La asociación, que agrupa a un centenar de los mayores empresarios familiares de España, destaca en el informe Hacia un modelo de inmigración sostenible la necesidad de que las familias se impliquen en la educación de sus hijos, independientemente de su nacionalidad. Por ello, esboza una fórmula para incentivar a los padres de origen inmigrante para que sus hijos menores acudan a la escuela y, además, obtengan buenas notas.

A modo de incentivo propone que se reduzcan los plazos para la obtención de los permisos de residencia o de trabajo a los familiares de estudiantes que finalicen la enseñanza secundaria y, de forma especial, de aquellos que lo hagan “con un expediente académico brillante”, o en función de las calificaciones de los alumnos.

El director de estudios del IEF, Javier Quintana, señala que estas medidas son una especie de “premio para el que haga las cosas bien”, una fórmula similar a un sistema de becas, en el que “no se discrimina a nadie” por sus resultados académicos, sino que se bonifica el esfuerzo de quien mejores notas obtiene.

Para incentivar el “compromiso personal” de estudiantes y familias de origen inmigrante, el informe propone también aumentar en un mes el curso de los alumnos que suspendan más de dos asignaturas o que tengan problemas de expresión oral o escrita. Asimismo, apuesta por incrementar el número de clases de refuerzo para los estudiantes atrasados en el uso del lenguaje o en materias básicas como matemáticas, geografía o historia.

Quintana considera que está “empíricamente demostrado” que la incorporación de los hijos de inmigrantes al sistema educativo ha tenido un efecto negativo en la calidad de la enseñanza, sobre todo de la pública, que concentra el 80% de los inmigrantes. La situación se ve agravada por otras circunstancias como los constantes cambios legislativos. Para el IEF, la educación es la “principal política de integración”.