Un estudio revela que el negocio del coyotaje entre México y EUa crece sin parar y genera al año una cifra cercana al presupuesto salvadoreño.

El Instituto Nacional de Ciencias Penales de México (INACIPE) elabora un estudio pionero sobre el tema del tráfico de personas que ya arrojó la primera gran cifra: el negocio de los coyotes en la frontera entre México y Estados Unidos genera al año, como mínimo, $2,784 millones.

Y eso es lo único que se puede determinar, pero cuando decimos que esto es el mínimo es porque en realidad puede estar generando tres veces más que eso, admite el investigador a cargo del estudio, Ricardo Gluyas.

La investigación, que concluirá dentro de un año más, estableció esta cifra como punto de partida para el resto del estudio. Llegamos a esa cifra por medio de muchas encuestas con las que medimos la disponibilidad de los migrantes a pagar por su internación ilegal a Estados Unidos, explica.

Además, efectuamos entrevistas a reclusos que se encuentran purgando una condena por tráfico de personas (coyotes) y ellos nos han ayudado a establecer las tarifas que cobran en los diferentes puntos de internación. De ahí sacamos una media, que es de $800, y la multiplicamos por el número de migrantes deportados en su intento de llegar a Estados Unidos que los servicios de inmigración estadounidenses reportan cada año: alrededor de 1,500,000 deportados. A eso le sumamos y restamos teniendo en cuenta otras variantes que han resultado en la investigación que concluirá hasta dentro de un año, explicó.

La investigación no toma en cuenta a aquellos inmigrantes que los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense no lograron atrapar.

El año pasado, en el marco del nacimiento del habitante número 300 millones de Estados Unidos, los estudios demográficos de aquel país explicaron que cada día más de 3,000 migrantes indocumentados se internaban en Estados Unidos por algún punto de la frontera de 3,000 kilómetros que lo divide de México, por lo que la cifra de los $2,784 millones podría superarse en la realidad.
Toda la región aporta

Este estudio, elaborado solo entre los coyotes que trabajan en la frontera de México y Estados Unidos, no cuenta solo el dinero que los mexicanos dejan a los polleros, como ellos llaman a los coyotes. Entre esos miles de millones de dólares hay también dinero salvadoreño, guatemalteco y hondureño, principalmente. El 98% de los cerca de 250,000 indocumentados que son detenidos en México cada año son personas de una de estas tres nacionalidades.

En 2006, el Colegio de la Frontera Norte, el tanque del pensamiento mexicano sobre el tema de la migración, hizo un estudio que permite hacerse una idea sobre la manera en que se contrata a un coyote. Se efectuaron 10,612 entrevistas a mujeres y hombres inmigrantes en Sonora, el estado mexicano que colinda con Arizona. Menos de la mitad de los entrevistados, centroamericanos y mexicanos, el 46%, contrató al coyote en su lugar de origen. El otro 46% lo contrataría en la frontera entre México y Estados Unidos, y solo el 8% dijo que pretendía entrar a Estados Unidos sin la ayuda de ningún coyote.

Es mejor contratarlo en la frontera con Estados Unidos, porque ahí pagas como $1,000, mientras que si lo contratas en El Salvador no te cobran menos de $5,000. Yo viajo solo por México, y cuando llegué a la frontera, un mi hermano me va a mandar el dinero para conseguir un coyote, explicaba a finales de mayo Carlos González, inmigrante salvadoreño de Usulután, cuando iba hacia Estados Unidos.

No estamos hablando ya de redes solidarias con el inmigrante, sino que estamos hablando de redes ilegales estructuradas para traficar con personas, y que están ganando cifras comparables con las que genera el tráfico de drogas de la región, concluyó Gluyas.