Me llamo Sérge Lozako, tengo 21 años y soy el primer inmigrante que consigue saltar la valla de Ceuta desde 2005. Nací en Zaire, hoy Congo. Cuando tenía 10 años mis padres y mis hermanos fueron asesinados en una de esas guerras que no aparecen en el Telediario. He pasado los últimos tres años escapando por un túnel oscuro. Buscando esa luz que siempre hay al final de él.

Viajé del Congo a Camerún. De Camerún a Nigeria. De Nigeria a Chad. De Chad a Níger. De Níger a Argelia y de Argelia a Marruecos. Si te ha parecido redundante que haya escrito dos veces cada país, busca un mapa de África. Verás que he resumido en dos líneas más de 4.000 kilómetros por desiertos, guerras olvidadas, terror integrista, hambre y desolación.

Hace seis meses salté la verja, en Melilla, pero me devolvieron de inmediato a Marruecos. Antes de expulsarme a Argelia los gendarmes intentaron convencerme para que no volviera. En un hospital de Nador, mientras me reponía de las palizas, decidí intentarlo por Ceuta. Recorrí a pie 600 kilómetros desde la frontera argelina hasta Tetuán. La noche del viernes 22 de junio el fuerte viento hizo saltar las alarmas de la verja 6.000 veces. Una de ellas la provoqué yo. La vida aún no me ha querido demasiado, pero ese día comenzó mi suerte. Mañana es 1 de julio y comienza la temporada de cayucos. Durante tres meses llegarán miles y miles de inmigrantes. Tantos que nadie se acordará de su nombre. Por eso te repito el mío. Me llamo Serge. Serge Lozako.