El SUP pide a los policías que no expulsen a inmigrantes violentos
El Mundo, , 29-06-2007Reclama a los agentes que se nieguen a acatar órdenes verbales de inmovilizar o usar la fuerza contra un expulsado El Sindicato Unificado de Policía (SUP) pidió ayer a los agentes que se nieguen a ejecutar las expulsiones de los inmigrantes que se muestren agresivos o violentos, a no ser que reciban instrucciones por escrito. Además, instó a los policías a negarse a acatar órdenes verbales de inmovilizar o usar la fuerza contra un expulsado en los vuelos de repatriación. «No estamos obligados a cumplir las órdenes ilegales», zanjó el sindicato.
El SUP dio un golpe en la mesa y emitió ayer una dura circular enviada a todos los comités del sindicato, tras la trágica muerte del ciudadano nigeriano Osamuyia Akpitaye, que falleció bajo custodia policial mientras era deportado a su país en un avión de Iberia.
La declaración de los dos policías que le vigilaban se suspendió ayer al no haber sido citado el fiscal. La titular del Juzgado de Instrucción número 40 de Madrid consideró además que los agentes debían comparecer ante el juzgado natural del caso, que es el de Instrucción número 1 de Elche (Alicante).
El sindicato policial también reclamó que los agentes reciban instrucciones por escrito en cada vuelo de deportados sobre las pautas a seguir, «el posible uso de la fuerza, la intensidad de la misma y los sistemas de inmovilización» que se pueden utilizar. El SUP aseguró, además, que a partir de ahora, los policías no van a ofrecer «ninguna garantía de seguridad ni al comandante del avión ni a los pasajeros», y que sólo se limitarán a garantizar la seguridad del expulsado.
El nigeriano fallecido opuso una fuerte resistencia a ser repatriado y los agentes que le escoltaban le pusieron una cinta adhesiva en la boca. Según informó a este diario el abogado del hermano del fallecido, Pedro Víctor de Bernardo, «los policías le colocaron una mordaza adhesiva que le obstaculizaba la vía bucal. La cinta era de unos seis centímetros, por lo que no podía respirar por la boca». Además, según su testimonio, Akpitaye volaba en un espacio reservado dentro del avión, separado por una cortina, tenía atados los pies y las manos y llevaba puesto el cinturón de seguridad. El análisis realizado al pulmón y al corazón del fallecido por parte del Instituto de Toxicología de Barcelona determina que el inmigrante falleció por asfixia, aunque el informe definitivo de la autopsia todavía no ha concluido.
La versión del letrado difiere de la facilitada hasta ahora por los sindicatos policiales, que relataron que «hubo que ponerle una cinta entre los labios con el fin de evitar que se autolesionara y no mordiera a los funcionarios, permitiéndole mantener la boca abierta y respirar por ella sin ninguna dificultad». Tanto el SUP como la Confederación Española de Policía (CEP) llevan años reclamando al Ministerio del Interior un protocolo de actuación para las expulsiones. La falta de pautas escritas obliga a los funcionarios de policía a improvisar y a tomar decisiones según su criterio.
Los altercados que se registran en las deportaciones son cada día más numerosos, debido a la gran resistencia que oponen los inmigrantes y a las dificultades de los agentes para inmovilizarles y hacerles subir al avión. Por este motivo, los sindicatos policiales exigen medios y cobertura jurídica para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
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