WASHINGTON. - El Senado estadounidense decidió ayer por 64 a 35 votos reiniciar el debate migratorio suspendido hace tres semanas a través de una nueva propuesta de ley que podría ser puesta a voto en menos de una semana.

La decisión de la Cámara Alta sólo implica la reanudación del debate, luego de que fuera literalmente cancelado a consecuencia de procesos dilatorios realizados especialmente por legisladores republicanos descontentos con detalles de la ley que consideran como demasiado generosos para con residentes indocumentados y faltos en seguridad.

Pero la renovación de la discusión, recibida como un triunfo por los partidarios de la ley, no significa necesariamente su aprobación en la Cámara Alta y menos en la Cámara de Representantes, donde la mayoría de los republicanos parece empeñada en contra de la propuesta migratoria.

Pero el presidente George W. Bush afirmó el martes que se trata de una oportunidad para que los funcionarios electos “nos unamos, nos enfoquemos sobre un problema y mostremos al pueblo estadounidense que podemos resolverlo”. Sin embargo, la mayoría de los votos en favor de reanudar la medida provinieron de la bancada demócrata.

La legislación incluye medidas para incrementar la vigilancia fronteriza y sobre empleadores, así como un largo camino a la regularización para millones de residentes indocumentados que sus opositores consideran como “amnistía”, convertida los últimos meses en el equivalente de una mala palabra.

De acuerdo con analistas y legisladores, la propuesta de reforma enfrentará debates en torno a 24 propuestas de enmienda, cada una con el potencial de romper el frágil acuerdo político que permitió la presentación de la medida.

El debate se reanuda en medio de maniobras parlamentarias del líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, que buscaría propiciar un voto para “cierre” de la discusión tan pronto como el jueves y el voto sobre la propuesta de ley tan pronto como el fin de semana o a más tardar el martes 3 de julio.

En ese marco, el presidente Bush se dijo confiado en que el Senado aprobará la medida y, de acuerdo con analistas políticos como la demócrata Donna Brazile, las posibilidades son “50 – 50”, pese a la abierta oposición de una mayoría de los republicanos.

De igual manera, Bush abogó activamente por la reanudación de la discusión, que durante una sesión pública sobre migración ayer por la mañana consideró como “una oportunidad histórica” para reformar la legislación y un sistema migratorio que partidarios y adversarios de la reforma califican como quebrantados.

Mientras tanto, una demanda en contra de la ciudad y el jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles fue presentada ayer ante una corte federal a nombre de 30 personas que fueron agredidas en los incidentes del parque McArthur, el pasado 1 de mayo, reportó la agencia EFE.

Los demandantes aseguran haber sido golpeados cuando agentes antimotines desalojaron, de manera violenta, una concentración que el pasado 1 de mayo exigía una reforma migratoria en favor de los indocumentados en el parque McArthur.