Sevillanas y fino en el Atomium

El Periodico, ELISEO Oliveras, 27-06-2007

El modelo de la popular Feria de Abril de Sevilla no solo se ha exportado a Barcelona, sino que desde hace 15 años también está presente en junio en la capital administrativa de la Unión Europea con un desbordante éxito de 150.000 visitantes. Este año la Euroferia Andaluza abandonó su tradicional emplazamiento en el parque Elisabeth, junto a la basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg, para trasladarse a los pies del Atomium, uno de los símbolos emble – máticos de Bruselas, construido para la feria mundial de 1958 y cuya reciente restauración le ha permitido recuperar su esplendor pasado. Las nueve esferas, que simbolizan una molécula cristalina de metal magnificada 165.000 millones de veces hasta alcanzar los 103 metros de altura, desempeñaron este año la función de portada de la feria.
Durante tres días, del 8 al 10 de junio, las sevillanas, el fino, la manzanilla, los bailes flamencos, el olor a pescadito frito, los camarones, las tapas y unas inmensas paellas se adueñaron del bulevar du Centenaire, junto al parque real de Leaken. En la edición de este año no faltó el tradicional desfile ecuestre con carrozas desde la feria hasta la Grand Place, ni los vistosos trajes andaluces, ni las sucesivas exhibiciones diarias de los caballos de raza.
Una de las características de la Euroferia Andaluza de Bruselas es la nutrida representación y la bulliciosa participación de la comunidad hispanoamericana en el certamen, que refleja la presencia cada vez más numerosa de inmigrantes de los países latinoamericanos en la capital belga. Las casetas con ritmos cubanos, brasileños y colombianos se alternaban con las más tradicionales, donde las sevillanas y el flamenco reinaban indiscutibles. No faltaron tampoco las casetas de las agrupaciones regionales de los primeros colectivos españoles de la inmigración económica, que han arraigado en el país y cuya presencia es aún claramente perceptible en determinadas zonas de la capital belga, como en Saint – Gilles.
La Euroferia Andaluza de Bruselas nació en 1992, impulsada por el entonces presidente de la Peña Arte y Cultura de Andalucía, Manuel Ramírez, pero hasta consolidarse bajo la dirección de Federico Gallo tuvo que vencer las numerosas resistencias iniciales de las autoridades belgas, que temían por los daños que podía causar el evento.
La popular Euroferia no es la única tradición andaluza que ha arraigado en Bélgica. Cada año por la festividad de la Virgen del Rocío, miles de personas se congregan en Vilvoorde, junto a la capital belga, para rendir homenaje a la Blanca Paloma, gracias a la labor del Centro Andaluz Peñarroya. Los actos comenzaron el 26 de mayo con una misa en la iglesia de Nuestra Señora de la Buena Esperanza en Vilvoorde, a donde había llegado la Virgen engalanada en una carreta tirada por dos caballos percherones. Tras la ceremonia religiosa, miles de personas acompañaron a la Virgen en una larga procesión hasta el recinto de Drie Fonteinen, donde como cada año la emoción se desbordó con el canto de la Salve Rociera, que abre dos jornadas de pasión rociera. Parece Andalucía, pero es Bélgica.

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