Homosexualidad
Doce viajes hacia la igualdad
El Mundo, , 27-06-2007Un estudio de Cogam recoge las historias de 12 ciudadanos de países árabes residentes en Madrid con un denominador común: vivir una orientación sexual diferente a la admitida ‘oficialmente’ en su tierra natal AMustafá, egipcio de 48 años, su orientación sexual le salió muy cara. Llegó a España huyendo de la cárcel en su país; fue detenido por la policía «por mantener prácticas homosexuales» después de que le tendieran una trampa por Internet. Es una de las historias que recoge el informe Estudio sociológico y jurídico sobre homosexualidad y mundo islámico que ayer se presentó en la nueva sede de Cogam (Colectivo de gays y lesbianas). A través de 12 historias de ciudadanos procedentes de países árabes se teje un informe «cualitativo» que pretende abrir un nuevo camino de investigación.
Localizar los testimonios fue lo más complicado del proyecto. «La gente no quiere hablar del tema», explicó Lola Martín, socióloga y coordinadora del estudio. Por Internet, en asociaciones, tirando de amigos y conocidos, al final consiguieron reunir los testimonios de 12 homosexuales y una mujer transexual que vivían en Madrid. «Hay cinco personas de Marruecos, dos de Túnez, dos de Egipto, una del Líbano, una de Siria y otra de un país no identificado del Magreb». Los nombres son ficticios «para preservar su anonimato». La edad media de los entrevistados es de 35 años, residen desde hace 7,5 años de media en la capital y todos están legales – la mayoría tiene el visado de residencia y trabajo – .
Mustafá se dedica al mundo de la publicidad. Jamás tuvo problemas consigo mismo. «Nunca he pasado por la época de que soy o no soy, soy bi, soy homo, soy hetero. No, fue muy claro desde el principio». En Egipto vivió «tres relaciones de largo tiempo», aunque, «por tema social no hemos vivido juntos».
Violencia en la familia
Sólo algunos de los entrevistados citan como causa principal de la emigración «el deseo de expresar sus propias preferencias sexuales». Las motivaciones económicas y la búsqueda de promoción personal también se esgrimen como argumentos. A menudo, es el entorno más próximo (familia, vecinos…) el que rechaza la opción sexual y el que ejerce la violencia.
En todos los casos, los entrevistados reconocieron tener «dobles redes»: «En el grupo de amistades no dices que eres árabe y con el colectivo árabe no se habla de homosexualidad». A Salim, sirio de 23 años, no confesárselo a sus amigos le crea malestar. «No me atrevo a decirles que soy gay (…) A veces siento que debo». Con la familia sólo habla por teléfono. «Siempre me dicen ‘vuelve y te conseguimos una novia aquí’». No quiere regresar a Siria y no le importaría que sus padres supieran su verdad. «Soy así aunque no me acepten». Lleva ocho meses en Madrid.
Les cuesta, según contó Lola Martín, acudir a los locales de ambiente donde van los españoles. En este sentido, la mayoría destacaba que siempre se les relaciona con la prostitución.
En la parte jurídica del informe, que ha sido financiado por la Consejería de Inmigración, se destaca que Madrid se ha convertido en receptor de población inmigrante por razón de su orientación sexual. «La práctica totalidad de los países islámicos hacen una condena explícita de la homosexualidad en sus respectivas legislaciones», afirmó Manuel Ródenas, responsable del área. «De hecho hay países como Arabia Saudí, Mauritania y Yemen que condenan los actos homosexuales con pena de muerte». Según el estudio, «en los últimos cinco años se ha multiplicado el número de denuncias por vulneración de los derechos de gays, lesbianas y transexuales».
Desde Cogam esperan que estas «historias de vida» ayuden a conocer una realidad hasta ahora «invisible». Las mujeres lesbianas de estos países aún no han tomado ni siquiera la palabra.
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