Demora en trámites tarda el encuentro de madre con hija

El Universo, Jaime Cevallos, 26-06-2007

| BARCELONA, España

Consulado español en Quito fijó por cuarta ocasión una nueva cita,  mañana.

Lorena Mejía no sabe qué hacer.  Espera desde hace  catorce  meses a su hija Katherine Franco, de 15 años. Cuando en mayo del 2006 inició el trámite de reagrupación familiar sintió que tocaba el cielo. Estaba casi segura que la tendría antes de la  Navidad.

“Pensé que no sería tan complicado, pero no fue así y hasta ahora no sé bien por qué no le han dado el visado”, comenta Mejía, residente en  L’Hospitalet del Llobregat, donde viven numerosos ecuatorianos.

La ecuatoriana cumplió con los requisitos exigidos para reagrupar a un familiar, como tener  mínimo un año de estancia legal, demostrar que tiene recursos para mantener a la reagrupada y una vivienda cómoda para albergarla.

Una vez  aprobada su solicitud, Mejía  envió todos los papeles a su madre Mariana Vargas, a Milagro, Guayas, donde se inició otro  calvario.

En diciembre del 2006, Vargas pagó  80 dólares en el Banco de Guayaquil para obtener una cita previa a la tramitación del visado, la que fue fijada  para cinco meses después.

Con otra lista de requisitos, que incluyen pasaporte de la menor, autorización notariada de los padres, colocación de sellos  y exámenes médicos, la abuela de Katherine acudió la fecha indicada. Sería el primero de cuatro viajes desde  Milagro a Quito, porque “siempre faltaba algún papel”.

“El viaje de Milagro a Quito es duro y costoso para mi madre”, dice Mejía,  por ello cuenta que decidió viajar a Ecuador en marzo pasado para realizar  personalmente los trámites.

La supuesta falta de una firma en un certificado médico emitido en Guayaquil fue la razón para que le negaran el visado.

Mejía retornó a España, donde su madre le comunicó que fue citada el 6 de junio para recibir el visado de Katherine. “Me emocioné mucho y compré un pasaje para que la niña pueda venir. Pero resulta que ese día tampoco emitieron el visado”.

Con indignación cuenta que esta vez el problema fue porque su tarjeta de renovación estaba en trámite. “¿Por qué no me dijeron cuando estuve en Ecuador que también debía presentar el resguardo (certificado de que la renovación de tarjeta está en trámite) para yo conseguirlo y que llegue a tiempo a Ecuador?”, cuestiona.

Tras presentar ese documento, nuevamente fue citada para mañana.
“Si no le dan el visado a mi hija, no solo perderé la ilusión de verla, sino también el dinero, porque el pasaje caduca el 30 de junio”, lamenta.

En Milagro una mezcla de angustia y esperanza une a Mariana y a  Katherine, a quien la cuida  hace 8 años cuando su madre dejó el trabajo en un taller de cerámica para emigrar a España. “Ella sueña con continuar sus estudios universitarios allá”, dice algo afligida.

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