Washington. El Senado de EE.UU. se prepara para retomar esta misma semana el proyecto de ley de reforma migratoria integral, que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca pero también con el rechazo de un importante número de legisladores.

Así, mañana, martes, los senadores tienen previsto votar acerca de una moción para volver a tratar el proyecto de ley, aunque el debate se limitará a 24 enmiendas previamente acordadas, doce para cada respectivo partido, republicano y demócrata.

En el primer intento, el proyecto de ley fracasó el pasado día 7, porque los senadores no lograron ponerse de acuerdo para poner fin al debate y proceder a votar la medida, que entre otras cosas prevé un programa de trabajadores temporales y una vía para la legalización de buena parte de los cerca de doce millones de inmigrantes ilegales que se calcula viven y trabajan en el país.

Hasta el momento reina la incertidumbre sobre cuál será el resultado de la votación de mañana.

El proyecto de ley cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, donde el presidente George W. Bush jugó un importante papel para rescatar la medida y persuadir a los líderes legislativos de que volvieran a someterla al pleno.

Pero también cuenta con la oposición de un buen número de senadores, la mayoría republicanos, hasta el punto de que es difícil saber si obtendrá el número mágico de sesenta votos necesario de un total de cien para aprobar que se limite el debate.

En el programa Fox News Sunday, la senadora demócrata californiana Dianne Feinstein afirmó que “veremos si entre los dos partidos contamos con sesenta votos”.

Uno de los principales opositores a la medida, el senador republicano Jeff Sessions, aseguró en This Week, de la cadena ABC, que el apoyo al proyecto de ley es cada vez menor, no sólo en la Cámara Alta sino también entre el público.

“Tenían un buen número de votos, pero el apoyo es cada vez menor. Un grupo de senadores clave que se pensaba que iban a respaldarlo han anunciado en los últimos días que no lo harán y en las encuestas las cifras son cada vez más reducidas”, afirmó Sessions, según quien tan sólo el 20% de los ciudadanos apoya el proyecto de ley tal y como está.

Según este senador, “vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para bloquear este proceso, retener el proyecto de ley, leerlo a los estadounidenses y probarles que aunque puedan favorecer los ideales de esa legislación, esa legislación no va a hacerlos realidad (esos ideales)”.

Por su parte, uno de los principales defensores de la medida, el senador demócrata Ted Kennedy, aseguró que “tenemos un problema terrible en este país que necesita una respuesta”. “Hay grupos que se oponen. Lo entiendo. Pero existe un reconocimiento en este país de que no hacer nada no es una alternativa. El problema sólo iría a peor”.

Bush, que se ha erigido en uno de los grandes defensores del proyecto, tiene previsto participar mañana, el día de la moción para limitar el debate, en una sesión informativa sobre inmigración. El sábado dedicó su alocución radial de cada semana al asunto y lanzó un llamamiento a los senadores a demostrar “el valor político suficiente” como para aprobar la reforma. >Efe